La Secretaría de Salud recomendó alimentar exclusivamente con leche materna a los recién nacidos por lo menos durante los primeros seis meses de vida, porque eso los protege de numerosas enfermedades.
En un comunicado, dijo que la lactancia materna estimula el apropiado desarrollo físico y mental, debido a que contiene vitaminas, proteínas, carbohidratos, minerales, grasas y azúcares, indispensables para un crecimiento óptimo, además ayuda a prevenir la muerte neonatal, diarrea e infecciones.
Las madres que brindan lactancia a sus bebés también se benefician, ya que ayuda a la contracción del útero, a disminuir el sangrado postparto, a recuperar más rápidamente el peso previo al embarazo, así como reducir el riesgo de cáncer de mama y de ovario antes de la menopausia.
Agregó que mantener la lactancia materna hasta los dos años, en hijos de madres que presentan obesidad, diabetes o hipertensión, los protege para que en su vida adulta no desarrollen ese tipo de enfermedades.
Después de la lactancia materna exclusiva durante los seis meses se inicia la alimentación complementaria, en la que se introduce comida distinta a la leche humana, con el fin de satisfacer las necesidades nutrimentales del infante, para continuar con un óptimo desarrollo físico y mental.
Desde los seis meses y hasta los 18 o 24 meses de edad se introduce un alimento nuevo cada cinco días, como carne, cereales, comestibles fortificados con hierro y zinc, que son primordiales para la correcta nutrición del infante.
En esta etapa se debe evitar la ingesta de líquidos que no sean la leche materna o agua, ya que sólo estas poseen los nutrimentos necesarios que requiere el cuerpo de un niño en crecimiento.
Información: Notimex
Imagen: sanatorioalema.cl