La sola posibilidad de que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) adelante a agosto próximo, después de su Asamblea Nacional y antes del V Informe la designación de su candidato a la Presidencia de México para 2018, la que solo recaerá en el Presidente Enrique Peña Nieto, prendió las alertas en la clase política.
De confirmarse la versión de la columna Bajo Reserva de El Universal, publicada ayer, sus adversarios se verían obligados a modificar sus estrategias y calendarios de nominaciones para no dar ventaja a los priistas y les confirmó a quienes han empezado a hacer públicas sus aspiraciones que no se equivocaron en buscar abiertamente desde ahora las posiciones que pretenden jugar en 2018.
Por años “el destape” de los candidatos presidenciales priistas se reservaba para otoño del año previo a la sucesión.
Todo después del Informe presidencial, la última fiesta del mandatario con el poder omnímodo que les otorgaba la Presidencia Imperial.
Los tiempos cambiaron y la versión señalada establece la necesidad de Peña Nieto de no dejarse arrebatar el derecho a elegir al candidato de su partido, como pretenden algunos priistas, y no dar más ventajas al candidato de Morena, Andrés Manuel López Obrador, quien tiene años en campaña por esa posición.
En la baraja del hombre de Los Pinos hay por lo menos tres secretarios de estado con amplias posibilidades.
Por estricto orden alfabético: José Antonio Meade Kuribreña, José Narro Robles, y Miguel Ángel Osorio Chong, aunque aseguran que pueden sumarse o están contemplados también Enrique de la Madrid, Aurelio Nuño y Luis Videgaray.
Los secretarios tienen el visto bueno presidencial de moverse y viajar a los estados y reunirse con los poderes fácticos y no sólo participar en actos oficiales.
En día pasado estuvo en Puebla el secretario de Turismo, de la Madrid, y sostuvo encuentros privados con empresarios y los delegados federales, por ejemplo.
Con estos movimientos se confirma que el PRI va en serio por la Presidencia de la República el próximo año y aunque las circunstancias no están a su favor, al grupo que gobierna le generaron esperanzas y posibilidades los resultados electorales en el Estado de México y Coahuila.
Peña Nieto quiere que su candidato, el de su partido, gobierne el país seis años más y hará todo porque así sea, sólo una situación totalmente adversa podría provocar que Peña Nieto y compañía buscaran un plan B y una alianza de facto con otros partidos para impedir el triunfo de López Obrador.
Hasta ahora está descartado que así suceda porque confían en sus acuerdos con los partidos Nueva Alianza, Verde Ecologista y Social de Integración para enfrentar a Morena y harán todo para impedir que se concrete la coalición PAN-PRD.
En el Estado de México la fragmentación les funcionó e intentarán repetir nuevamente ese escenario.
La sola nominación de un candidato priista a la Presidencia en el verano obligará a los aspirantes a gobernadores, senadores, diputados federales y locales y presidentes municipales que se renovarán el próximo año, a adelantar sus campañas de proselitismo porque antes de que termine el año estarán perfilados los principales candidatos en los estados para arropar a quien designe Peña Nieto.
Juan Carlos Lastiri Quirós arranca precampaña el próximo domingo, tiene meses trabajando en ello pero en esa fecha dará un paso que no tiene vuelta; un caso similar es el del senador Ricardo Urzúa y sus compañeras Blanca Alcalá y Lucero Saldaña, quienes no han negado tener aspiraciones e incluso la segunda ha aceptado estar dispuesta a buscarla.
El delegado del Seguro Social, Enrique Doger Guerrero, trabaja un día y otro también en construir su aspiración a ser candidato y después gobernador de Puebla. Está acostumbrado a dar batallas donde sea necesario y no bajará la guardia.
En los siguientes días levantaran la mano priistas como Javier López Zavala, Juan Manuel Vega Rayet, Víctor Manuel Giorgana y Albero Jiménez Merino, estos últimos con la intención de ir en las boletas de 2018 sin que necesariamente sea por Casa Puebla.
Lo importante para todos es jugar.
La posibilidad de tener candidato presidencial antes del próximo Informe de Gobierno movió todo al interior del PRI y el resto de los partidos.
Los políticos viven 2018 al cien.
Faltan menos de 13 meses para la elección.
De las anécdotas que se cuentan
Fue el mítico dirigente cetemista Fidel Velázquez quien hizo famosa aquella máxima del sistema político mexicano dominado por el PRI en el siglo pasado:
“En la política, quién se mueve no sale en la foto”.
Su declaración fue un freno a los excesos y disputas de los aspirantes presidenciales en el sexenio de Luis Echeverría.
Por sexenios, los políticos simularon que trabajan para el Presidente en turno, quien era el gran elector.
A los aspirantes y sus grupos que rebasaban las reglas no escritas y actuaban fuera de la órbita del mandatario estaban condenados no sólo a no ser designados sino a quedar fuera del juego y sin futuro político.
Los tiempos cambiaron, en especial para los priistas.
El Presidente Enrique Peña Nieto quiere mantener el derecho metaconstitucional de designar al candidato de su partido, pero la dinámica actual y con una oposición activa los aspirantes están obligados a moverse.
Hoy vale agregar a la vieja máxima de Fidel:
“En la política, quién se mueve no sale en la foto… y quien se agacha menos”.
Los aspirantes presidenciales del PRI empezaron en estos días a jugar su resto y tras ellos el resto de precandidatos a gobernadores.
El juego está abierto.
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