Hace un par de meses, el neurocirujano italiano Sergio Canavero anunció que realizaría, en un plazo no mayor a dos años, el primer trasplante de cabeza del mundo. Ahora, ya ha surgido un voluntario que se convertirá en la primera persona en el mundo que se someterá a esta operación quirúrgica.
El programador ruso Valeri Spiridónov, de 30 años, se puso en contacto con Canavero cuando supo de su proyecto.
“Tengo que hacerlo, porque no tengo muchas opciones. Mi decisión es definitiva, y no pienso cambiarla”, sostuvo Spiridónov.
La decisión del programador se fundamenta en que, debido a la enfermedad que padece, muy pronto podría encontrarse en la misma situación que el científico Stephen Hawking.
“Este experimento es un gran avance (científico). Es equivalente al vuelo de Gagarin. Objetivamente, no tengo los recursos materiales para pagarlo, pero estoy dispuesto a entregarme a la ciencia”, señaló.
La enfermedad
Cuando tenía un año de edad, a Spiridonov le fue diagnosticado una pérdida muscular debido a la enfermedad de Werdnig-Hoffman, que afecta a las neuronas de la médula espinal y hace que la persona quede completamente inmovilizada. Su enfermedad progresa con cada día que pasa.
Según el científico italiano Sergio Canavero, autor de esta técnica quirúrgica, la clave de la operación pasa por la realización de un corte mínimamente traumático de la médula espinal practicado con un cuchillo extrafino en condiciones de hipotermia profunda para proteger las estructuras cerebrales.
Según el médico, eligieron a Valeri Spiridónov porque esta operación fue desarrollada especialmente para pacientes de este tipo.
La clave del éxito reside en la posibilidad teórica de fundir las prolongaciones nerviosas en una “cuerda” mediante el uso de fusógenos o selladores de membrana.
Debido a la enfermedad que padece, muy pronto podría encontrarse en la misma situación que el científico Stephen Hawking
Debido a la enfermedad que padece, muy pronto podría encontrarse en la misma situación que el científico Stephen Hawking
El proceso
El proceso consiste en unir la parte de la espina dorsal en la cabeza separada con la parte de la espina dorsal que queda en el cuerpo receptor usando una sustancia química.
Después los cirujanos suturan los músculos y conductos sanguíneos.
Entre las diferentes dificultades y peligros que deberán afrontar los pacientes, destaca la baja temperatura que deberá soportar su cuerpo, el uso del polietilenglicol para fundir los huesos y, entre otros, el coma inducido que tendrá que superar después de la operación.
“Todas las críticas que me hacen son equivocadas. Yo llevo trabajando en este proyecto 30 años y he inventado un montón de cosas para llegar a este objetivo. Algunos dicen que es imposible, pero no saben de qué hablan”, aseguró Canavero.
Otro de los problemas que surge está relacionado con la ética, según explicó Canavero a la revista NewScientist, pues “habrá muchas personas que estén en desacuerdo con hacer esta cirugía”.
Información de: RT y Daily Mail
Imagen de: Daily Mail