Robert Froemke, experto en Medicina Molecular de NYU y autor del trabajo, señaló que este hallazgo “redefine la oxitocina como algo totalmente distinto de la hormona del amor, ya que funciona como un amplificador y supresor de las señales neuronales en el cerebro“.
La investigación publicada en la revista Nature, describe cómo la oxitocina eleva el volumen de la información social procesada en el cerebro. De acuerdo con Froemke, esto indica que “podría ser usada en el futuro para tratar la ansiedad social, el estrés postraumático, trastornos del habla y del lenguaje, e incluso problemas psicológicos derivados del abuso de menores“.
En experimentos separados, los investigadores indujeron la liberación de la hormona en el cerebro de ratones hembra adultas sin hijos y observaron que inmediatamente comenzaron a percibir hasta el sonido de llamada más leve de las crías, las cuales fueron previamente separadas de sus verdaderas madres. Asimismo, aprendieron rápidamente a sostener a las crías por la piel del cuello sin causarles daño alguno, y a colocarlas en su sitio de resguardo como si fueran sus madres reales.
Según los autores, dicho comportamiento fue aprendido de forma permanente. A pesar de que fueron bloqueados sus receptores de oxitocina, los roedores hembra sin descendencia continuaron recogiendo y cuidando a las crías.
“Fue sorprendente ver cómo tras el tratamiento con oxitocina cambió el comportamiento de los animales y que las hembras que no sabían realizar una tarea social, de repente podían hacerla perfectamente”, explicó Bianca Marlin, autora principal del trabajo.
Una situación fundamental en el estudio ha sido la posibilidad de rastrear la oxitocina en células cerebrales individuales, gracias al uso de un anticuerpo creado en este centro médico de NYU, el cual se une específicamente a las proteínas de los receptores de la oxitocina en cada neurona, permitiendo que las células puedan ser observadas en el microscopio.
“Nuestras investigaciones futuras incluyen más experimentos para entender las condiciones naturales, más allá del nacimiento, en virtud del cual se libera oxitocina en el cerebro“, finalizó Froemke.
Información: www.salud.carlosslim.org
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