Estoy a favor del Estado Laico. Creo fervientemente en la Separación de la Iglesia y el Estado. Porque esto garantiza que cada mexicano pueda tener o no tener la religión que quiera, o ninguna. Pertenecer a la corriente ideológica que más le convenga o guste. Porque no hay religión oficial promovida por el Estado. Como sí sucede en algunos países musulmanes, o en las tiranías que aún quedan en el mundo.
Pero eso es la teoría. Es lo que se enseña en Ciencia Política. Porque la interpretación que en México comúnmente se le da a esta separación es una muy diferente. Y casi siempre se está lejos de lo que en realidad es.
Esta interpretación “mexicana” está perfectamente equivocada y totalmente alejada de lo que Madison, Jefferson y otros suscribieron en el S XVIII.
La mexicana afirma que no se puede creer en-un-DIOS o usar o decidir cuestiones de estado con base en el criterio que la persona tenga sobre la Fe. Es decir, su creencia.
Pero; ¿cómo podría la persona separa sus creencias de la vida diaria? ¿Podrá despojarse una persona de sus principios y criterios fundamentales como si fuera una máquina? Me explico.
Si un diputado va a votar a favor o en contra del aborto, la eutanasia, el divorcio, por nombrar algunas situaciones de la vida que ahora rige el Estado, ¿cómo se desprende de su creencia fundamental? No puede. Votará en consecuencia a ellas. (Por favor, sé del voto corporativo y de las consignas para votar iniciativas. También sé que los partidos tienen plataformas políticas. Me refiero entonces al concepto básico e idealista). Votará de acuerdo a su conciencia.
Pero de igual forma sucederá con el libre pensador, con el no creyente en el cristianismo, con el de izquierda, el “liberalio”, el liberal, el agnóstico, budista, o con quien cree en “la inmortalidad del cangrejo” y hasta con el que cree, que no cree.
Todas las personas decidimos con base en nuestras creencias fundamentales. Sean religiosas o no. Sin embargo, en cuanto a la llamada separación de la Iglesia y el Estado, la mayoría de la gente hasta quienes profesan una fe cristiana, la entienden como la separación de los dogmas religiosos en las decisiones que tengan que ver con la vida diaria de las personas para la formulación de políticas públicas.
En México por razones históricas se trata de ser implacable contra tales conceptos. Los religiosos, con los que tengan que ver con la fe judeo-cristiana. Nada más con esos.
Cuando con base en las creencias de uno alguien se niega a ejecutar una ley o disposición que vaya en contra de la fe o de la creencia, se alega motivos de conciencia. Lo que es duramente criticado cuando es evidente, por quienes no profesan cualquier manifestación de la fe cristiana. Sea ésta católica o evangélica en la vida oficial. De acuerdo al último censo, el INEGI indica que 82% de la población mexicana es católica, 12% evangélica. El resto se reparte en otros.
Hay personas que practican legalmente la medicina que se niegan a ejecutar abortos en cualquier momento del embarazo. Existen enfermeras que igualmente no desean participar instalando “DIU”, o proveyendo de pastillas abortivas, como la llamada del “Día Siguiente”, o de emergencia, por lo mismo. Por motivos de conciencia.
En México, en la Cámara de Diputados la segunda semana de octubre fue aprobado el derecho de objeción de conciencia para el personal de salud, excepto en emergencias médicas y cuando está en riesgo la vida de un paciente. La iniciativa fue presentada por la diputada del Partido Encuentro Social, Norma Edith Martínez Guzmán. La que dice entre otras cosas:
“El personal médico y de enfermería que forme parte del Sistema Nacional de Salud, podrán (sic) ejercer la objeción de conciencia y excusarse de participar en la prestación de servicios que establece esta ley.”
La objeción de conciencia es la facultad que tiene y que le asiste a una persona para por motivos de ética o de religión, de fe, no participar en actividades o acciones que vayan en contra de sus convicciones o creencias.
Ahora mismo hay una oposición que pretende negarle el derecho que le asiste a una persona para acogerse a la objeción de conciencia. Esto es no solo una paradoja, sino una inconsistencia en quienes se oponen a la iniciativa de ley. ¿Por qué? Porque dicen luchar por los derechos de la gente. Pero-entonces-solo de las personas que piensan de igual forma que como quienes se oponen. Las que no aceptan que alguien no esté de acuerdo con lo que su ideología, el Progresismo propone. ¿Por qué? Será porque su conciencia les traiciona al saber que están equivocadas y quieren acallarla negando el derecho de la gente que no piensa como ellos. Son entonces intolerantes.
Por si esto fuera poco, siempre usan verdades a medias.
Al hablar del aborto siempre citan a las pobres mujeres violadas que sufren violencia sexual, así dicen. Y sí-afirmo-es una gran desgracia. Pero no dicen que éstas, de acuerdo a los datos que proporciona el INEGI, siempre son menos del 1% de todas las mujeres que solicitan un aborto y no han sido violadas. La mayoría que aborta o solicita, es por otra causa. La que tiene que ver con su estilo de vida.
Hay gente que no aceptamos que existan infinidad de personalidades de género. Dicen las progresistas que como 60.
Sabemos que existe hombre y mujer. No estamos de acuerdo con la Ideología de Género que lo niega. Entendemos que alguien crea o se sienta ser algo diferente. Pero, como dice CNN, aceptar que la manzana que estoy viendo es un plátano solo porque hay quien dice que lo es, no hace a la manzana ser plátano.
Es el feminismo misándrico de género de la izquierda el encargado de presentar una objeción a esta iniciativa de ley de conciencia ya votada a favor en la Cámara de Diputados. A la que acusan de ser religiosa. Que no lo es. Sus motivos son éticos.
Quienes se oponen alegan que se viola la separación Iglesia-Estado. Que el laicismo preponderante en los gobiernos en la república se ven lesionados por tal medida. Lo que es falso de toda falsedad. Y afirmo que ni siquiera conocen a cabalidad lo que el laicismo propone y la separación iglesia estado defiende. ¿Qué es eso?
El derecho a la libre manifestación de las ideas y de expresión. La justicia, la equidad. El derecho a tener motivos de conciencia y por ello podría disculparse-en toda libertad-por no participar en un aborto, o suministrar abortivos, hormonas o asistir en la muerte de un enfermo terminal, etc. Y aclaro de nuevo, en caso de personal médico y teniendo una emergencia en donde la vida del paciente esté en juego, obligados están médicos y enfermeras de acuerdo a la ley vigente y a la nueva iniciativa, a proporcionar la atención médica requerida.
¿Qué es el Estado Laico?
Roberto J. Blancarte, dice en su libro, “El Estado Laico”. P-7. “(…) es un tipo de régimen que esencialmente se ha construido para defender la libertad de conciencia, así como otras libertades que se derivan de ella. Creencias, religión, expresión. Es una forma de organización político-social que busca establecer en la medida de lo posible, la igualdad y la no discriminación.
Es un instrumento jurídico-político para que la pluralidad pueda ser vivida de manera pacífica y armoniosa.- Lo que no se cumple especialmente por partidos de izquierda”.
Bien harían quienes se oponen a la iniciativa de conciencia en leer un poco a Blancarte. Entenderían que lo que hacen atenta más duramente contra el Estado Laico, que la iniciativa mismas que atacan.
Pero mejor harían quienes la han propuesto si estudiaran a Los Liberales mexicanos del SXIX. Quienes proponen desde entonces tal iniciativa. ¿Para qué? Para que presentaran mejor defensa para sus iniciativas. Porque se ve tan pobres que no convencen a nadie. Para que dejen de sonar huecos y sin argumentos.
Porque son presa fácil de quienes les atacan porque están a todas luces mejor preparados en sus creencias e ideología. La que sí aplican a diario en sus decisiones políticas y de gobierno gracias al Estado Laico y a la Separación de la Iglesia y el Estado que vivimos en México. Que es El Meollo del Asunto.
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