La Ley de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos establece, en la fracción IV del artículo noveno, que para ser electo un “ombudsperson”, no se debe desempeñar actualmente ni haber ocupado un cargo de dirección nacional o estatal en algún partido político, en el último año antes de su designación.
La señora Rosario Piedra Ibarra, en documento firmado por ella bajo protesta, aseguró al senado de la república, que no había ocupado tal cargo.
Lo que de inmediato levantó las protestas de senadores de oposición, que saben y sabían entonces, que la señora Piedra Ibarra, sí habría ocupado un puesto en el Consejo Nacional de Morena. Y que de acuerdo a los estatutos de Morena, es un órgano de gobierno
La convocatoria claramente señala que quien postule para el cargo, ha de contar con experiencia en materia de derechos humanos, o actividades afines reconocidas por las leyes mexicanas y los instrumentos jurídicos internacionales y no desempeñar ni haber ocupado cargo de dirección nacional o estatal en algún partido político en el año anterior a su designación”.
Doña Rosario alega que por el hecho de ser ella víctima directa de un hecho de violación de derechos humanos, está calificada no sólo de tener experiencia, sino de imparcialidad para ejercer el puesto para el que postula.
Sus pares y los senadores de oposición, no lo creen así.
De hecho, la conocen bien como parcial hacia Morena y a nuestro querido presidente. Tanto así que la protestaron ambos grupos.
La elección de Rosario, estuvo llena de marrullerías propias de los partidos políticos y sobre todo, de grupos caciquiles que han de entregar cuentas a quien les dirige.
En este caso, a nuestro querido presidente. Eso fue materia de mis comentarios y artículos de la semana pasada.
Al ser elegida Rosario Piedra en medio de protestas de los senadores, provocó que los consejeros honorarios de la CNDH renunciaran a sus puestos en protesta a la elección de la señora Piedra I.
Protestaron por los medios en que se le eligió para llegar a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Un proceso a todas luces amañado y fraudulento, en opinión de senadores de oposición.
Pero sobre todo, protestan porque saben de la muy conocida parcialidad que siempre ha manifestado la señora Piedra hacia quien hoy es el presidente de la república y haber negado su posición de mando en Morena.
Este es el punto fino. No se reclama el que sea ferviente admiradora y apoyadora de nuestro querido presidente.
Se le reclama y se manifiesta la inconformidad por firmar un documento donde protesta solemnemente decir la verdad, y nada más que la verdad. Y no hace así.
Se protesta porque es con base en una mentira que inicia el proceso para ser elegida a esta alta responsabilidad que debe de estar caracterizada por la imparcialidad y por la integridad de la persona.
No por su honestidad ni por su carácter de víctima. Lo que de ser así, habría personas que han sufrido más que ella, ergo, les calificaría entonces de mejor manera.
El día lunes 18 del presente, María Ampudia González, Mariclaire Acosta Urquidi, Angélica Cuéllar Vázquez y María Olga Noriega Sáenz, presentaron su renuncia para seguir siendo consejeras de la CNDH.
El documento fue dirigido a Mónica Fernández Balboa, presidenta de la Mesa Directiva del Senado y en él denunciaron que el proceso “estuvo plagado de irregularidades y falta de apego a la legalidad”.
Fue después de las 16:00 horas cuando el Senado recibió formalmente la dimisión de las consejeras.
Señalaron que ante la “cuestionada” elección se le resta legitimidad a la CNDH, puesto que sus principales herramientas son pluralidad, independencia, libertad, autonomía de gestión y “apego irrestricto” a la Constitución.
Esto, a quienes apoyan a Rosario Piedra, no les puede importar menos, sino todo lo contrario. Les abre la puerta para elegir a nuevas consejeras, pero sobre todo, que sean afines a Rosario y a quien la eligió para ese puesto de tanta importancia. Pero que al mismo tiempo es vital para que un gobierno federal como el que hoy tenemos, camine sobre tersa alfombra y se vista de terciopelo. Será una garantía la presencia de la señora Piedra en la CNDH.
“No es la capacidad de Rosario, sino las formas”, diría el también activista, Javier Sicilia. Quien ha protestado la designación.
Por lo pronto, los senadores de Morena piden la remoción de las comisiones que presiden Gustavo Madero, Economía, Kenia López, de Derechos Humanos, por haberse atrevido a evidenciar la elección fraudulenta y las violaciones de la señora Piedra.
El gobierno de Guanajuato, panista, ha desconocido a la nueva Comisionada.
Lo que seguramente sentará un ejemplo y se habrá de venir una casada de protestas y desconocimientos, renuncias e inconformidades de parte de agrupaciones y asociaciones, personas y organizaciones que esperaban una CNDH totalmente imparcial.
Se quedarán con las ganas. Pues así están las cosas de mal hechas y así es, El Meollo del Asunto.