Por eso debemos y podemos hablar de religión y teología con libertad plena en cualquier ámbito y en cualquier lugar. Sea público o cerrado, guardando el orden debido.
Se mal entiende la llamada Separación del Estado y de la Iglesia. Se cree que sería igual a que ningún funcionario público pudiera mencionar algún tema sobre la Iglesia o la religión. Inclusive cualquier aspecto de la vida espiritual. Sea personal o colectiva.
Lo cierto es que a diario todas las personas tenemos que ver con valores espirituales, morales y éticos. Como la responsabilidad, el amor, la esperanza, la paz, la libertad. Que eso precisamente es lo que son. Principios espirituales.
Para que el Estado Laico exista forzosamente debe haber al menos tres elementos. Que son:
El Respeto a la libertad de conciencia. La autonomía de lo político con lo religioso y la no discriminación.
México es Estado Laico desde 1860. Lo que quiere decir que hay separación de Iglesia y Estado. La que debería existir sin que esta les convierta en enemigos.
Pero pareciera que no es posible porque hay una clara y definida animadversión de parte del Estado para con la Iglesia y viceversa.
En la actual administración podría cambiar. No diré y menos afirmaré que sería una transformación, sino un cambio. Y esto por razones obvias con las etimologías de cada una de estas dos palabras. Cambio y Transformación. Además por la naturaleza de ellas.
El cambio es temporal, emocional. La Transformación es permanente
El hecho que siete mil iglesias evangélicas sean las portadoras de la Cartilla Moral escrita por Alfonso Reyes y publicada en 1944 es un cambio en la manera de hacer política social colectiva del gobierno federal.
No se había visto algo así en la historia del país. Primero, porque el gobierno federal siempre ha ponderado más que la separación de la Iglesia y el Estado, el anticlericalismo.
Ni el “Tata” Cárdenas hubiera hecho una cosa así. Con todo y que fue su administración la que le abrió la puerta al Instituto Lingüístico De Verano, asentado en Oaxaca.
Este instituto no era y no es otra cosa que un centro de recepción de misioneros evangélicos de los Estados Unidos que venían a traducir la Biblia y el Nuevo Testamento a las lenguas autóctonas de la región y de otros estados. Nada del “otro mundo”. Nada de qué alarmarse.
La organización ha estado en México oficialmente desde 1948. Pero funciona desde tiempo antes.
Las Iglesias Evangélicas que participan en la entrega de la Cartilla en mención, no son todas las que hay en México. Ni siquiera serán las más grandes o representativas con las que Farela tiene diferencias irreconciliables. Son sólo las que conforman la organización CONFRATERNICE. Que dirige el pastor Arturo Farela.
Quien se autoproclama gran amigo de muchos años del presidente López Obrador.
Así lo menciona en entrevistas que ha dado a los distintos medios de comunicación. Dice además que sus libros de cabecera son La Biblia, La Salida, del propio López Obrador y la Cartilla Moral. Supongo que la escrita por el finado Alfonso Reyes.
Escribo supongo porque en las fotos donde aparece el pastor Farela con la Cartilla, la que sostiene no es la original, ni alguna reimpresión. Como la del 2004, que quien escribe tiene una copia desde el 2012. Es de las hechas por el gobierno de la 4T
Sería con base en esta amistad que nuestro querido presidente le haya otorgado el privilegio al pastor Farela para realizar esta gran labor.
La que como he comentado en otras entregas, caminaría siempre en una “cuerda floja”. ¿Por qué?
Porque las tendencias de las iglesias que lidera el pastor Farela son muy fuertes y están arraigadas en la gente. Hacer prosélitos.
Cuando una tendencia no es controlada y ejerce presión sobre el alma del ser humano, provoca la tentación. La que desbordada lleva a fallar la marca, a no dar en el blanco.
Entonces se piensa que estas mismas personas que componen el “ejército” para entregar la Cartilla ofrecido por Farela al presidente de la república, sucumban a la tentación originada por la tendencia que tienen de evangelizar. Ya que siempre han hecho una labor de proselitismo casa por casa.
No deseo ni estoy afirmando que es lo que sucederá. Tampoco que sea algo reprobable. El visitar casas para evangelizar. Una tendencia puede ser dominada con base en un auto-gobierno.
Algo que sería piedra angular de la doctrina cristiana que profesan los evangélicos que irán a visitar las casas con un mensaje moral.
Éste no del Evangelio, sino de la Cartilla de Alfoso Reyes. Que nuestro querido presidente, en un buen acto e igual proyecto busca paliar la violencia, como la corrupción, el crimen y los problemas graves que como sociedad tenemos.
Lo que no es visto con “buenos ojos” por diversos grupos políticos y evangélicos.
De los que en la siguiente entrega estaré dando cuenta. Pues ahí está parte del Meollo del Asunto.
Imagen de: Daniel Valles