La aplastante realidad de una pandemia mundial con devastadoras consecuencias y el confinamiento al que esto nos ha llevado, nos ha dado la oportunidad de hacer las cosas de una manera distinta.
Desde trabajo en casa, reuniones on line, venta de productos como verduras e insumos básicos anunciados por paginas de internet, una discoteca virtual, eventos culturales trasmitidos abiertamente por streaming, consultas medicas por videoconferencia, conferencias de todo tipo, clases de karate, baile, yoga, cocina, en fin.
Lo cierto es que. A Pesar de que estamos en una crisis considerable, de alguna forma hemos estado encerrados, pero definitivamente no desconectados.
Hemos estado mas al pendiente de las cosas que habíamos dejado de ver como relevantes: el tiempo para compartir con la familia, la importancia del contacto físico, darnos el tiempo para realizar actividades para crecimiento personal como meditación, lectura, escritura, aprendizaje, extrañar lo que antes nos parecía trivial como quedar para tomar un café o comer, abrazar a nuestros seres queridos, asistir a reuniones, son hoy recuerdos que se anhelan.
Y es bien sabido que la mente humana siempre se adapta a las circunstancias que vive, las empresas, por ejemplo, han aumentado su productividad con el trabajo desde casa, y aunque no todas las personas disfrutan del confinamiento, los caminos se abren y la gente se ha organizado como antes no lo hacia para poder lograr sus metas en común.
Este hecho debería de motivarnos para replantearnos nuevas formas de reactivar tanto la economía como nuestras vidas, ya que lo cierto es que hemos entrado en una nueva era en la que deberemos de aprender a vivir con los cambios que implica la incertidumbre que nos da el no saber bien a bien cuando se terminara esta enfermedad.
Redes de apoyo ciudadano y un sinfín de ideas creativas para la comercialización se están desarrollando y eso es precisamente lo que debemos de fomentar para reactivar la economía, por ejemplo: en Francia a alguien se le ocurrió vender pan hecho en casa por medio de una aplicación, este tipo de actividad ayuda al comercio local y para las miles de personas que han perdido sus empleos podrían ser alternativas para generar ingresos y al mismo tiempo disminuye el empoderamiento de grandes monopolios al tiempo que genera empleos.
Explotar nuestros talentos y generar nuevas formas en las que podemos realizar nuestras actividades diarias o reconstruir unas nuevas es parte de lo bueno que podemos hacer con esta crisis y de transformar la situación y aumentar la resiliencia,.
Redacción