¿Qué harías si no tuvieras miedo?
Uno de los sentimientos innatos del hombre es el miedo. Se trata de una respuesta natural ante un peligro.
El miedo nos ayuda a sobrevivir pero también nos limita y ha sido utilizado muchas veces para doblegar voluntades. Afecta tanto al cuerpo como a la mente.
Ante el miedo, nuestro cuerpo reacciona con el aumento de la presión arterial, nuestras pupilas se dilatan y el corazón bombea sangre a gran velocidad.
Pero el miedo a veces está sólo en nuestra mente, porque puede ser imaginario, cuando no tiene una correspondencia con un peligro real.
Existen muchos tipos de miedo, el miedo al fracaso, el miedo al rechazo, el miedo a la pérdida de poder y el miedo al cambio.
Carl Gustav Jung, el gran psiquiatra y psicoanalista suizo, sostenía que todos tenemos ciertos rasgos que ocultamos, ya que desde pequeños nos dimos cuenta que esto era necesario si queríamos ser aceptados.
Ese conjunto de rasgos que no aceptamos de nosotros mismos, son como una sombra que aflora en algún momento de nuestra vida.
Junto a “la sombra”, desarrollamos lo que Freud llamaba “el ideal del yo”, que es un yo que creamos para encajar en nuestro entorno y no ser rechazados.
La no aceptación de la sombra conlleva muchos problemas, puesto que no nos aceptamos a nosotros mismos por miedo, no nos queremos. El miedo es lo contrario del amor. No nos amamos por miedo a nosotros mismos y no somos capaces de amar a otros.
¿Qué harías si no tuvieras miedo a aceptarte, a reconocerte, a ser rechazado?
Serías libre y disfrutarías de tu amor hacia ti mismo y hacia otros.
¿Qué es lo contrario al amor?
El odio u “odium” en latín, representa la repulsa hacia alguien o algo. En realidad es algo inútil. ¿De qué sirve odiar? De nada. Sólo nos vamos a sentir mal nosotros mismos.
Paulo Freire, experto en temas de educación de origen brasileño, sostiene que:
“El contrario del amor no es, como muchas veces o casi siempre se piensa, el odio, sino el miedo de amar, y el miedo de amar es miedo de ser libre”.
El amor te dulcifica, el miedo te endurece. El amor te abre al universo, el miedo te encierra en ti mismo.
¿Por qué tenemos miedo de amar?
“El miedo es la emoción más difícil de manejar. El dolor lo lloras, la rabia la gritas, pero el miedo se atraca silenciosamente en tu corazón”. (David Fischman)
El amor siempre es un riesgo. En cada ocasión tendremos que asumir ese riesgo y vivir la vida, vivir la pasión de amar. Nuestras experiencias pasadas y nuestras creencias, nos limitan y nos inducen el miedo a amar.
Nuestro miedo a amar deriva de nuestra falta de amor a nosotros mismos o falta de autoestima. ¿Si no podemos amarnos a nosotros mismos cómo vamos a amar a otra persona?
Nuestra autoestima o la consideración que tenemos de nosotros mismos. Es un aspecto que debemos mejorar para lograr amarnos y amar a otras personas.
El psicólogo argentino Walter Riso, nos propone algunas claves para mejorar la autoestima:
– Fomenta el autoelogio. Cada vez que hagamos algo bien, algo positivo, debemos elogiarnos. ¡Qué bien lo he hecho!
– Prémiate. Cualquier logro de nuestra vida, por pequeño que sea, merece un premio. El premio puede ser algo simple que nos guste y nos haga disfrutar.
– Elimina las creencias represivas que te impiden autoreforzarte. Aunque a veces debemos poner límites a nuestros sentimientos, otras debemos dejarlos salir. ¿Qué tiene de malo llorar en público o demostrar tu cariño hacia alguien ante otras personas?
– No te avergüences de tus éxitos y tus esfuerzos, disfrútalos.
El caso extremo del miedo a amar es la filofobia. Una persona que padece filofobia experimenta un miedo muy intenso a enamorarse de otra persona, al compromiso y a mantener relaciones íntimas.
Las personas filofóbicas utilizan varios mecanismos para defenderse del amor y mantenerse en su área de comodidad:
– Se enamoran de personas imposibles.
– Comienzan relaciones que están destinadas a fracasar, porque las dos personas son muy diferentes.
– Provocan las discusiones con la otra persona, para provocar que sea el otro quien rompa la relación.
– Tienden a buscar defectos en la otra persona. De esta forma se justifican a sí mismos.
Cómo podemos superar el miedo a amar
El miedo a amar es un sentimiento normal cuando hemos tenido experiencias negativas, pero no debemos darle un lugar y dejarle que gobierne nuestras vidas. El miedo a amar hay que enfrentarlo cara a cara, sin huir.
Si sentimos cierto miedo a la relación con otra persona, es conveniente hacérselo saber para que sea partícipe.
La comunicación es fundamental para superar nuestro miedo. Además es necesario dejar atrás relaciones pasadas y vivir la nueva relación día a día.
“No amar por temor a sufrir es como no vivir por temor a morir”.
(Ernesto Mallo)
Información:lamentesmaravillosa.com