Sin duda el respaldo que recibió Eduardo Rivera Pérez por parte del panismo nacional, estatal y municipal para abanderar al partido blanquiazul en la candidatura a la Presidencia Municipal de Puebla capital lo ponen en la ante sala de lo que será la administración 2021-2024 y lo que sigue.
Las razones podremos irlas discutiendo una por una, pero salvo que suceda algo extraordinario, Eduardo Rivera se alzará con la victoria en lo que sin duda será una lucha encarnizada por los cuarteles de la cuarta transformación y la oposición política al actual régimen.
Vea usted, Lalo Rivera ya es el virtual candidato y los grupos que hoy lo respaldaron irán tejiendo alianzas, compromisos, posiciones y demás escenarios detrás de lo que fue una lucha interna en el panismo local, llegarán a acuerdos y se irán a la batalla para alcanzar el mayor número de diputaciones locales, federales y por supuesto la perla de la corona que es la capital poblana y probablemente algunos municipios de la zona metropolitana de la ciudad.
El equipo luce fortalecido, pese a las diferencias internas y los intentos desde casa Puebla de meter divisionismo y apostar por la auto destrucción interna del panismo y sus distintos grupos.
Por otro lado, el Movimiento de Regeneración Nacional no alcanza ni alcanzará a lograr la unidad por dos sencillas razones, por un lado el empuje – por no decir necedad – del Gobernador Miguel Barbosa por imponer a su incondicional Gabriel Biestro (el galán de balneario) y por otro, el grupo de la actual alcaldesa surgida de las filas de Morena Claudia Rivera Vivanco quien busca la reelección.
En el escenario de que el elegido sea Biestro Medinilla, Claudia Rivera quien ha sido atacada un día sí y otro también por el propio gobernador de Puebla y su grupo, indudablemente apostará por la derrota de Biestro, de lo contrario, se vería sometida a una persecución como las que acostumbra hacer el ex perredista Barbosa Huerta, pues desde que inició su gris administración, lo único que ha hecho – y ni siquiera bien – es dedicarse a amenazar, perseguir y repartir culpas a administraciones anteriores, no por nada el “Gober rencoroso” como lo calificó el periodista Francisco Zea, ocupa los últimos lugares en aprobación gubernamental en todas las encuestas o al menos las más serias.
En este escenario Claudia Rivera tiene dos opciones, entregar la administración al que será su verdugo (Biestro por órdenes de Miguel Barbosa) o entregársela a Eduardo Rivera quien desde un principio ha planteado enfocarse a gobernar y dar resultados – cosa que no hacen los morenistas – es decir, la política entrará en el escenario y Rivera Pérez es un político que ha aprendiendo a desempeñar el oficio.
Por otro lado, de ganar la competencia interna Claudia Rivera, tiene cantada prácticamente la derrota, pues desde que inició con amplia expectativa su administración parece que ha hecho todo lo posible por hacerlo mal, comunicarlo mal y presumirlo peor. Los números no mienten, pues en evaluaciones de casas encuestadoras la alcaldesa permaneció en los últimos lugares de evaluación de munícipes por su pobre desempeño, fallida administración y pésimos resultados en todos los rubros.
El clamor social desde la instalación de bolardos que afectó a poblanos, la inseguridad que se mantuvo y en algunos casos incrementó, sus declaraciones y reparto de culpas a los medios de comunicación por la mala percepción de la ciudad, el desborde del ambulantaje en todas las zonas del municipio, y sus empleados, secretarios y más cercanos que no le ayudan en nada, la tienen condenada a la derrota frente a la candidatura de Eduardo Rivera cobijado por su Partido y si se dan las cosas, también por las otras fuerzas políticas de la alianza Va por México.
Rivera Pérez ya está vacunado contra toda guerra sucia, saldrán presuntas investigaciones periodísticas dictadas desde casa Aguayo, saldrán una y otra cosa sobre las cuentas públicas del panista las cuales ya fueron solventadas y acreditadas por los organos del estado y federación, pero lo único que lograrán será victimizar a Lalo Rivera y lo único que lograrán es que se capitalice la opción opositora y no la de la 4T.
Todo esto sumado a la pandemia que ha dejado fallecidos por todos lados gracias a la pésima administración y necedad del Presidente de no tomar en serio el problema, los apagones, la crisis económica, el desempleo, la inseguridad que no baja y todos los males que se supone, Morena y la 4T iban a combatir.
Como lo dije desde el inicio, si no sucede nada extraordinario y el PAN, sus actores y liderazgos, las fuerzas políticas aliadas administran los tiempos, olvidan sus diferencias, se suman por Puebla y sobre todo, si Eduardo Rivera Pérez se rodea de personas intachables, se alzará con la victoria, quienes compitan por las diputaciones federales y locales en Puebla, tendrán una curúl y ahora sí, habrá los contrapesos necesarios para mantener la democracia que hoy más que nunca está en juego.
Todo, si no sucede algo extraordinario que ya vimos que sí pasa…