Es preocupante conocer las cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) referente al gasto educativo que se destina en México, que alcanza apenas cinco por ciento del PIB, de los ocho que históricamente se recomiendan.
En 1989 se destinaba apenas 1.2, falta aún mucho para que se cumpla el mínimo, sobre todo en infraestructura de escuelas, más en provincia. Además, el gasto para sueldos es el que más absorbe, pero aunque los salarios de los mentores han mejorado no todos disfrutan esas mieles: en el magisterio hay clases sociales, quienes se pusieron buzos e ignoraron las recomendaciones de la CNTE allá por 1990, cuando comenzó la ya cancelada Carrera Magisterial, comenzaron a ascender hasta el nivel E, mientras que hay profesores que nunca pudieron ingresar y su salario es de apenas 6 mil pesos al mes, lo que contrasta con los más afortunados, que llegan a cobrar hasta 30 mil o más al mes. Los de educación física son los más beneficiados.
Esa diferencia generó división gremial, pues aunque el trabajo pareciera ser el mismo se pasa por encima de la Constitución al no pagar de manera equitativa. Eso también mató la influencia ideológica que tenía la CNTE en algunos bastiones, salvo en Oaxaca, donde los dirigentes cobraron favores a directores y ellos mismos se asignaron los máximos niveles.
Lo más reprobable es que a pesar de los nimios esfuerzos económicos del gobierno (los sueldos nunca se compararán con el de diputados y funcionarios), la calidad educativa sigue por los suelos, sobre todo en los estados “rebeldes”. Si bien no se reconocerá que la reforma educativa tuvo que someterse primero a una de corte laboral, no se avanzará mientras jefes de sectores (que ganan bastante bien) no tengan un papel definitorio en la educación; los supervisores no orienten y observen el trabajo de los maestros frente a grupo y los directores dejen de marearse desde su tabique y se metan también al salón a apoyar a su personal.
El último eslabón de la cadena educativa es el maestro raso, el que se fleta ante los padres (muchos aún creen que el principal deber es cuidar a sus hijos) y que es poco valorado por sus carencias profesionales, pero que trabaja todo el día y aún llega a su casa a terminar pendientes en un tiempo que no le es pagado y que le corresponde. Por lo mismo, Aurelio Nuño debe abandonar la gira permanente en la SEP y de la acción pase directamente a los hechos.
Pregunta para el diablo
¿Cómo se pagará a los maestros que aprueben el examen, quienes en teoría tendrán 35 por ciento de sobresueldo, si este año no hubo becas a nuevos estudiantes, se dio menos dinero a escuelas para mantenimiento o material y en el presupuesto recién aprobado no hay un incremento al rubro educativo?
Imagen de: @vikusan