Esta semana fue una de las más fatales para la Senadora de Morena por el Estado de Tlaxcala Ana Lilia Rivera quien cada día se hunde más en su ambiciosa búsqueda por la candidatura en 2027.
Y es que esta semana, la Senadora difundió un comunicado en donde criticó que se entreguen dádivas a cambio del voto popular.
O sea, criticó lo que Morena ha hecho durante los 7 años que lleva al frente del país, sólo que ahora ella es la afectada.
El misil llevó un claro destinatario y ese es el gobierno del Estado de Tlaxcala que comanda la mandataria Lorena Cuéllar Cisneros.
Es desde el gobierno de Tlaxcala donde se opera el aterrizaje de los programas sociales, es desde el estado donde se aterrizan las obras prioritarias y quienes son los personajes que pueden cacaraquear las obras y servicios así como los programas sociales.
¿Entonces por qué critica la Senadora Ana Lilia esa práctica que ha operado durante años?
Sin suda la respuesta se debe a que ahora ella no es la beneficiada.
Ella sólo puede presumir que “participó activamente a través de una veintena de reformas a la Constitución Política”, como lo señala en su comunicado, sin embargo, lo que no dice la Senadora es que dichas reformas por ejemplo quitaron el derecho a la información con la desaparición del INAI, votó por exentar a los militares de rendir cuentas con las obras públicas, votó por desaparecer al Poder Judicial Independiente y una veintena de reformas que afectan directamente la vida de los tlaxcaltecas.
En conclusión, la molestia de la Senadora no es otra más que la de que ella no podrá lucrar con los programas sociales, de ahí su hostil comunicado cuyo segundo destinatario es el alcalde de Tlaxcala Alfonso Sánchez García quien hasta ahora junto con al menos otros 2 o 3 funcionarios lorenistas, se encuentran en la carrera por la sucesión 2027.
Ahora si se queja de lo que la oposición tanto ha señalado, los gobernantes de morena lucran con la necesidad de los programas sociales, sólo que esta vez sí levanta la voz porque ella es la afectada.
Aplica el refrán de ‘quien a hierro mata, a hierro muere’.
Ahora comienza a disfrutar su voto la senadora que sólo ha brillado por poner a cargar su sombrilla a un empleado para protegerse del clima.