Se dice que las mujeres engañan de la cintura para arriba y los hombres de la cintura para abajo. ¿Es cierta esta afirmación? ¿Podemos determinar de qué manera se considera la infidelidad según el sexo? ¿Existe una percepción femenina y otra masculina?
Lo que nadie puede negar es que, en promedio, las mujeres entienden el engaño de una manera y los hombres de otra. No hay una mejor ni otra peor, son solo puntos de vista y vale la pena conocerlos. Por supuesto que hay excepciones. No se trata de determinar quién es más infiel o cuántos sentimientos se incluyen en el affaire, sino la manera en que cada sexo vive la infidelidad.
¿Ser infiel es natural?
Antes de pasar a hablar de cómo se ve la infidelidad en cada sexo, sería bueno entender un poco de que trata este problema que causa una buena cantidad de divorcios en todo el mundo. Ser infiel no es “simplemente” estar con otra persona además de la pareja, sino que engloba diversos aspectos emocionales, psicológicos e incluso sociales.
La infidelidad, sin duda, es un problema de pareja. Parece tener el don de la oportunidad ya que suele aparecer cuando la relación no está en su mejor momento, alguno o los dos no están del todo seguro de los sentimientos y no se atreven a dar el paso de terminar la relación.
Basándonos en la ciencia, existen diferentes causas, separadas o conjuntas, que podrían explicar la infidelidad. En lo que se refiere a la evolución, podríamos afirmar, sin ánimo de ofender, que parece existir una cierta programación o instinto reproductivo que está más desarrollado en los hombres. Una hipótesis que parte de una interpretación evolutiva del hecho de que los hombres, en promedio, estén más abiertos a un encuentro amoroso puntual que las mujeres.
Por otro lado y siguiendo el hilo de esta misma hipótesis, lo cierto es que las mujeres tienen “penalizada” su reproducción por la propia duración del embarazo. Los nueve meses que dura y la aparición de la menopausia acotan la posibilidad de tener muchos hijos.
¿Cuál es la psicología masculina para la infidelidad?
Uno de los motivos que más esgrimen los hombres como causante de sus infidelidades es el hecho de buscar un aliciente a la monotonía sexual que pueden vivir con sus parejas habituales. Su falta de habilidades de comunicación o el hecho de que el sexo siga siendo en parte un tema tabú, hace que para ellos sea más fácil buscar esta novedad con alguien con quien no tienen una implicación emocional.
Por otro lado, siempre ha existido una cierta aprobación social al hecho de que un hombre fuera infiel. Interpretado por muchos como una buena demostración de “hombría”, los hombres han encontrado en ciertos círculos un reconocimiento a este tipo de conductas. Todo lo contrario que la mujer, tachada de poco menos que de libertina en caso de ser pillada o de existir l sospecha, simplemente, de que haya sido infiel.
Un estudio de la Universidad de Bath en Inglaterra ha revelado que más de la mitad de los entrevistados, que tenían una pareja estable, la habían engañado. ¿La razón? El deseo sexual. Al parecer, estar con alguien no reduce esa necesidad ancestral de tener relaciones todas las veces que sean posibles.
Según el director de este estudio, la monogamia no es natural ya que con ella los hombres cumplen una presión social y no instintiva. La naturaleza no ha creado al hombre para tener una sola pareja, esto ha sido un invento cultural.
Y aún hay más, porque este hombre indica que el sexo masculino solo está satisfecho -sexualmente hablando- los primeros seis meses de relación. Pasado ese tiempo todo se vuelve rutinario y aburrido y es allí cuando empieza a mirar a otras mujeres. Tras ello pueden aparecer los sentimientos de culpa, de vergüenza o de miedo a ser descubiertos. En todo caso estas emociones son productos de la enseñanza moral o social.
¿Cómo ven las mujeres a la infidelidad?
En el caso del sexo femenino la razón está más presente. Si bien es verdad que las mujeres ponen el corazón y las emociones en casi todo lo que les sucede, en el momento de engañar a sus parejas lo analizan y se lo piensan más. Tomar esa decisión va más allá de algo instintivo, natural o evolutivo.
Está comprobado que muchas mujeres que son infieles no lo hacen por el sexo, sino porque se enamoran o buscan el amor fuera de sus parejas. Es decir que cuando ellas engañan, parece que lo hacen “de verdad” o quizá con una trascendencia aún mayor para la relación, difícilmente una vez que dan este paso hay vuelta atrás.
Eso no quiere decir que no sientan culpa ni miedo o que les sea fácil mirar a la cara a su novio o esposo, sino que se suelen comprometer más en esa relación paralela. Por otro lado, las razones por las cuales engañan las mujeres están más vinculadas a la decepción y a la falta de amor por parte de sus parejas estables.
Entonces, la insatisfacción y la frustración son dos de los motivos más frecuentes para la infidelidad femenina. Otra cuestión a tener en cuenta es que aquellas mujeres que son más románticas o idealistas suelen resistirse a lo que parece la “evolución natural del amor”, en la que la pasión inicial da paso al cariño y al amor de raíces profundas. Así, una de las maneras de proponer esta resistencia es intentando encontrar una nueva pareja que les transporte a las sensaciones perdidas.
Desde hace miles de años la sociedad ha permitido en cierta manera el adulterio en el hombre y lo ha castigado severamente en la mujer. La infidelidad femenina es sinónimo de transgresión a sus deberes maritales o maternales. La sanción cultural es un precio muy alto que debe pagar una mujer infiel y muchas no están dispuestas a vivir con esa culpa.
Para terminar, compartimos una frase de un especialista en sexología, el Doctor José Luis Rodríguez: “La mujer es infeliz y luego infiel. El hombre primero es infiel y después infeliz”. ¿Es así o será siempre así?
Información:lamenteesmaravillosa.com