"En un siglo ilustrado, en un siglo en el que cada ciudadano puede hablar a la nación entera por medio de la prensa, quienes tienen el talento de instruir a los hombres y el don de conmoverlos, los hombres de letras en una palabra, son en medio del público disperso lo que antes eran los oradores de Roma y Atenas en medio del público reunido".
Guillaume de Malesherbes
Político francés (s.XVIII)
En el año de 1789 en la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, es reconocida por vez primera la libertad de prensa, en su artículo 11° señalaba que "la comunicación sin trabas de los pensamientos y opiniones es uno de los más valiosos derechos del hombre".
Casi tres siglos después en México los principios de libertad de expresión y opinión oral, así como escrita han sido trastocados. En esta ocasión considero obligado tocar el tema de Carmen Aristegui y su equipo de colaboradores, pareciera que no hay elementos (aún) para culpar al gobierno, si bien es cierto, este acontecimiento casualmente coincide con el nombramiento de Eduardo Sánchez Hernández como Director de comunicación social de la Presidencia de la República, sin embargo, la Presidencia de la República se lavó las manos al manifestar públicamente su deseo de que ese conflicto entre particulares llegue a buen fin, ¿usted le daría el beneficio de la duda?
Por lo pronto, lo preocupante es que en estos tiempos se practique la mordaza y la censura, pero lo es más aún, que en una democracia emergente sea primordial censurar a un equipo de profesionales que lo único malo que hicieron fue señalar los claroscuros del Gobierno en funciones.
Pero no solo en esta ocasión los mexicanos hemos sido víctimas y testigos de censura a nuestra libertad de expresión, hace unos meses en twitter, el movimiento #Yamecansé fue bombardeado con alrededor de 54 mil bots creados exprofeso para sabotear y censurar el hashtag, por ese motivo surgió el #Yamecanse2, #Yamecanse43, etc., se cree que los autores intelectuales y materiales de esa mordaza digital vienen de las oficinas de Bucareli.
Por último, el intento de acallar la voz de Aristegui, además de otros periodistas en el país, no solo daña a un gremio en particular, daña a una sociedad y a una democracia.
Ya dijo Fox en un entrevista que no estaba de acuerdo con que Aristegui ande buscando prietitos en el arroz, vaya declaración, con políticos así el país seguirá en retroceso, no obstante, esta situación nos permite redoblar esfuerzos desde todas las trincheras, prensa escrita o ya sea redes sociales, lo importante es caminar contra corriente, evitemos el retroceso del País.
Por todo lo anterior, creo necesario expresar mi absoluta solidaridad con Carmen Aristegui, sus colaboradores y cientos de comunicadores que día a día hacen los que les corresponde hacer (y que muy pocos quieren hacerlo), por ese motivo Yo soy Carmen, Je suis Carmen.
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