Un equipo de científicos del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (CINVESTAV) del Instituto Politécnico Nacional (IPN) recién descubrió que las alteraciones en las neuronas GABAérgicas —un grupo de células cerebrales localizadas en el hipotálamo lateral— son las responsables de causar una insaciable necesidad de alimento.
Utilizando la optogenética, Ranier Gutirrez Mendoza y sus colegas fueron capaces de controlar las neuronas GABAérgicas de roedores experimentales para hacerlas comer insaciablemente. Los ratones no sólo comían la comida vorazmente, sino que también mordían objetos no comestibles y movían su boca continuamente como señal de ansiedad. Gutirrez Mendoza explicó que los resultados sugieren que este grupo de neuronas participan en comportamientos compulsivos.
La técnica utilizada implica el uso de un adenovirus para crear canales sensibles a la luz y, con ello, administrar pulsos de luz azul, a fin de controlar neuronas en sujetos vivos. Cuanto mayor fue la estimulación con luz (hasta un máximo de 20 hertz), más fuerte se activaron las neuronas. El nivel y frecuencia de la estimulación lumínica influenció directamente la intensidad con la que los ratones comieron. Solo cuando los impulsos eléctricos fueron inducidos por los pulsos de luz, se manifestó la desesperación por comer. Una vez que la estimulación con luz dejó de aplicarse, las neuronas inmediatamente regresaron a su actividad basal y los roedores dejaron de alimentarse.
Sin embargo, como se trata de un descubrimiento científico reciente, todavía se desconoce mucho sobre el funcionamiento de este mecanismo. Por ejemplo, no se sabe qué estímulos pueden alterar estas células del cerebro para producir la ingesta compulsiva en condiciones normales, ni cómo sucede.
El científico concluyó que la alimentación compulsiva únicamente se produce mientras las neuronas GABAérgicas están activas. La alteración en tales células genera una señal universal que indiscriminadamente promueve el apetito y el consumo de alimentos sólidos, pero no comida aversiva, lo que las convierte en un blanco farmacológico potencial para controlar el apetito.
Información: http://www.salud.carlosslim.org
Imagen: Sanar.org