Luego del berrinche que hizo Guadalupe Grajales y Porras tras exigir libertad de expresión – de la cual goza cabalmente – al rector Alfonso Esparza, queda en claro que la ex secretaria general de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla ha comenzado con el pie izquierdo su ya anticipada fallida participación en la búsqueda por la rectoría de la máxima casa de estudios en nuestra entidad.
Y es que luego de que nuestro “alegre” personaje comenzara anticipadamente a promover su imagen y aspiración para ocupar el edificio Carolino, tuvo que ser enfriada no por el rector, no por la comunidad universitaria, no por los medios de comunicación o por algún interés ajeno al de la BUAP, sino a la propia norma que le impide ser juez y parte.
Las ansias de – toma aire quien esto escribe – María del Socorro Guadalupe Alicia de la Inmaculada Concepción Grajales y Porras exhibieron la ambición de querer violar el estatuto orgánico de la Benemérita.
Fiel al estilo de su historial, se ha tirado al piso y acusó que se viola la libertad de expresión, prometiendo que de llegar, habrá libertad para hablar, cosa que al día de hoy hace un día sí y otro también.
¿Pensará que la comunidad estudiantil y la opinión pública le comprará su discurso? Yo creo que no, pero al tiempo…
En otra historia, el eterno suspirante Francisco Vélez Pliego cercano al ala radical de morena presume por todos lados su cercanía al Palacio Nacional.
A todos les presume una presunta amistad con personajes nacionales y grupos de la izquierda poblana tradicional y que mágicamente por dedazo será la designación, jura que vendrán “las señales” para que cuál virrey, se siente en la oficina que despacha en el edificio Carolino.
Olvida que el grupo radical está separado, dolido después de que el mismo grupo perdiera estrepitosamente en la capital poblana, el mismo grupo que juró y perjuró que ganarían pese al repudio social que despertó en Puebla.
Se llevará una sorpresa cuando la señal no llegue.
Por otro lado, el camino de la investigadora que se dedica a investigar y no a grillar goza de cabal salud, tejiendo fino, trabajando y logrando unidad para fortalecer no a la figura sino a la institución.
El proyecto de la QFB que se ha notado más tras la llegada de la pandemia y cuyos aportes han mantenido a la Benemérita lejos del peligro sanitario, sigue viento en popa y si no, pregunten en los pasillos de Ciudad Universitaria, de ahí la desesperación de la ex secretaria general y del morenista progre con vida fifí.