El popular formato de codificación de audio digital, que cambió la forma en la que escuchamos música, ha muerto. El Fraunhofer Institute, creador del MP3, anunció que su programa de licencias ha terminado oficialmente.
Según el comunicado, “a pesar de que actualmente hay códecs de audio más eficientes, con características más avanzadas, el MP3 aún es bastante popular entre los consumidores. No obstante, la mayoría de los servicios de vanguardia, como el streaming o las señales de televisión y radio, usan códecs modernos ISO-MPEG, tales como la familia AAC o el futuro MPEG-H”.
Se supone que éstos ofrecen más características y una mayor calidad de audio a tasas de bit mucho más bajas, en comparación con el MP3.
La decisión de darle cuello al formato es simbólica, pero es algo similar a lo que pasó cuando los fabricantes decidieron usar CD-ROM de instalación en lugar de los desaparecidos disquetes.
Lo más seguro es que habrá quienes continúen usando el MP3, pero en definitiva nuevos y mejores formatos serán el estándar, de hecho, la Codificación de Audio Avanzada, o AAC, fue desarrollada en parte por el Fraunhofer Institute y actualmente es considerado como el formato estándar.
Pero ¿por qué fue tan importante el MP3? Básicamente, facilitó la descarga de archivos de audio durante la era de la banda ancha de Internet, y tanto el iPod como iTunes –que lo emplearon– significaron un parteaguas en Apple, que eventualmente derivó en el popular iPhone y todos sus imitadores que dominan la forma en la que nos comunicamos hoy en día.
Sin embargo, es poco probable que el formato tenga un segundo aire como ha sucedido con los acetatos o el casette, pues la calidad de audio del MP3 es bastante mala comparada con los estándares de hoy en día.
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