Los jóvenes quizás no recuerden las temibles conferencias de prensa de los lunes, que en sus últimos años dio el cacique Fidel Velázquez −dicen los estoicos reporteros de la fuente que no sabían si traducir o tratar de no dormir− quien de repartir leche en sus días mozos, sin ninguna preparación profesional, dejó una gran herencia con base en el control y cuotas de millones de trabajadores a través de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), a costa de su trabajo y sin beneficio notorio. Ése fue el orgullo del corporativismo mexicano.
Durante muchos años ese negocio lo aprovechó el PRI, con otros sindicatos como el SNTE o de los trabajadores del gobierno del Distrito Federal. Cuando los tiempos políticos viraron en una aparente democracia, las fuerzas opositoras también vieron su uso como botín político, primero para tener a raya a los gobernantes con exigencias a cambio de favores. Así surgió Antorcha Campesina, una organización que ha tenido su base en el oriente del estado de México, Puebla y Oaxaca.
Con una organización piramidal, esta agrupación ha allanado el campo a políticos improvisados y que dicen tener la capacidad de movilizar a miles de personas, tal como lo demostraron el jueves 23 de julio, al cerrar Paseo de la Reforma, en la ciudad de México. De filiación netamente priísta, sus exigencias son la dotación de terrenos, servicios básicos sin pagar impuestos y obviamente puestos políticos. En Ixtapaluca y Chimalhuacán regentean escuelas y maestros −algunos sin un título profesional− en donde las cuotas por alumno son como mínimo de 500 pesos, sin que se vea una mejora notoria en los planteles.
Del lado opositor, en la ciudad de México está el Frente Popular Francisco Villa, por mencionar sólo al de mayor envergadura. Ambas organizaciones han conseguido muchas prebendas del gobierno por medio de sus tácticas amedrentadoras y de castigo, principalmente a la ciudadanía: marchas, mítines, plantones, bloqueos y todo lo que hacen quienes seguramente no rinden cuentas en un trabajo o por simple irresponsabilidad.
La CNTE no se queda atrás, es bien conocida su forma de “lucha”, de ahí se quiso agarrar la semana anterior el líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador, y pidió a los maestros oaxaqueños adherirse a su partido político, no se crea que nada más para ser solidario con ellos, seguramente ya estudió cómo obtener ventaja de ese viejo corporativismo. Por lo demás, él es su Gran Mentor, pues cerró el Paseo de la Reforma por varios meses.
Reza un adagio budista que no se debe pedir sin dar algo a cambio, lo único que todas esas agrupaciones piden es no hacer desmanes. Ojalá algún día cambie esa pobre visión de política.
Pregunta para el diablo
¿Al Partido Verde le salió gratis el corporativismo futbolero?
Imagen de: @Vikusan