El periodismo en tiempos de autoritarismo es la llave en muchos sentidos para que la sociedad pueda conocer y defenderse de quienes celebran y mantienen este tipo de regímenes.
Así sucede en México.
La cuarta transformación y sus simpatizantes están dispuestos a mentir y a justificar incluso la corrupción que tanto criticaron en otros sexenios.
Las justificaciones van de lo risible hasta lo incongruente, al grado de convertir a Manuel Bartlett como un ícono de la transparencia y la pulcritud política de nuestro país.
Pero ahí estará el periodismo, para exhibir la corrupción, para documentar los abusos, para dejar huella de lo que los gobiernos hacen para bien o para mal.
En este sentido, el periodista Carlos Loret de Mola ha puesto en tela de juicio la presunta lucha contra la corrupción emprendida por el gobierno de la cuarta transformación, desde la exhibición de las bolsas de dinero ilícito entregadas a Pío López Obrador por parte del entonces funcionario del gobierno de Chiapas David León, pasando también por los contratos de Petróleos Mexicanos asignados a la prima del primer Mandatario Felipa Obrador, hasta el basto número de casas de Irma Eréndira Sandoval – John Ackerman y esta ocasión la exhibición de al menos 966 contratos para construcción en las obras del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles.
Este último escándalo obligó al tabasqueño a decretar sus obras de infraestructura como “asuntos de seguridad nacional” lo que limitará legalmente cualquier intento de rendición de cuentas con el dinero público de los mexicanos.
Tanto las obras de Santa Lucía, el Tren Maya y la Refinería de Dos Bocas ahora son protegidas por el manto presidencial tras la exhibición de la corrupción que impera en la dependencia encargada de dicha infraestructura: la SEDENA.
Es así como Loret de Mola desnuda la falsa lucha del tabasqueño contra la corrupción, con contratos a empresas que pasaron de rentar inflables a ser proveedoras especializadas en el ramo de la construcción de obra pública.
De ese grado fue el cañonazo que Loret le puso al “presidente más honesto de la historia”, cañonazo que costó la censura de contratos públicos y que sin duda, iniciarán diversas acciones de inconstitucionalidad desde la sociedad civil y organismos anti corrupción.
Una raya más al tigre de macuspana.