El ingeniero en electrónica y telecomunicaciones Juan Carlos González Islas, junto con un grupo interdisciplinario de profesores y alumnos de la Universidad Tecnológica de Tulancingo, en el estado de Hidalgo, diseñó e implementó una andadera motorizada, con el objetivo de contribuir en la asistencia motriz en la marcha inicial de niños con discapacidad.
El proyecto titulado Andadera motorizada para asistencia motriz a niños con discapacidad, en el que también participaron los responsables del área de estimulación temprana del Centro de Rehabilitación Integral de Hidalgo (CRIH), ganó el primer lugar del Premio Hidalgo de Ciencia, Tecnología e Innovación 2016, en la categoría de Innovación.
“Este proyecto resuelve las problemáticas que presentan las andaderas comerciales que actualmente se encuentran en los hospitales y los centros de rehabilitación para asistencia motriz en la marcha inicial a niños con discapacidad. Nos dimos a la tarea de asistir al Centro de Rehabilitación Integral de Hidalgo (CRIH) y es ahí donde detectamos las problemáticas que presenta este tipo de andaderas”, dijo en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt.
De acuerdo con González Islas, con la mayoría de las andaderas comerciales un adulto tiene que asistir al menor en la terapia debido a que debe arrastrar o trasladar la andadera, lo que ocasiona que la persona que asista pueda llegar a sufrir problemas en la columna.
“Las andaderas comerciales tienen problemas de ergonomía, seguridad, estabilidad y funcionalidad. Terminan por ser realmente disfuncionales. La propuesta que nosotros hacemos es que con la andadera, la asistencia al menor se hace a través de un control inalámbrico”, señaló.
González Islas, quien es también maestro en ciencias en electrónica y telecomunicaciones, así como profesor investigador de la Universidad Tecnológica de Tulancingo, junto con su equipo de trabajo, logró un modelo ergonómico, estable y seguro para el usuario, además de ser atractivo para el menor para que realice la terapia.
El sistema fue diseñado y puesto en marcha empleando los diferentes elementos mecánicos, electrónicos y computacionales de la mecatrónica. La andadera consiste en una estructura física, con sistemas de soporte de extremidades superiores y torso, sistemas comerciales de transmisión de movimiento y de comunicación y control inalámbrico.
“Integramos un arnés, un soporte de torso para el usuario e implementamos también un soporte de apoyo para extremidades superiores, con lo que el niño puede tomarse de la andadera y además estar sujeto al sistema a través del soporte del arnés. El sistema tiene incorporados dos motores en las ruedas delanteras y atrás tiene dos ruedas giratorias, lo que le permite al sistema girar sobre su propio eje, y el movimiento de la andadera lo controla el asistente a través de un control remoto”, detalló.
Actualmente su proyecto ya fue registrado ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) para solicitar la patente.
La andadera fue integrada y realizaron una prueba piloto en el ambiente hospitalario para el que fue diseñada; los resultados preliminares obtenidos son satisfactorios, ya que pudo asistir y estimular eficientemente a un niño de dos años de edad y nueve kilogramos de peso, que presenta discapacidad motriz en la marcha inicial, siendo este uno de los casos más complejos para el sistema.
De acuerdo con González Islas, con la mayoría de las andaderas comerciales un adulto tiene que asistir al menor en la terapia debido a que debe arrastrar o trasladar la andadera, lo que ocasiona que la persona que asista pueda llegar a sufrir problemas en la columna.
“Las andaderas comerciales tienen problemas de ergonomía, seguridad, estabilidad y funcionalidad. Terminan por ser realmente disfuncionales. La propuesta que nosotros hacemos es que con la andadera, la asistencia al menor se hace a través de un control inalámbrico”, señaló.
González Islas, quien es también maestro en ciencias en electrónica y telecomunicaciones, así como profesor investigador de la Universidad Tecnológica de Tulancingo, junto con su equipo de trabajo, logró un modelo ergonómico, estable y seguro para el usuario, además de ser atractivo para el menor para que realice la terapia.
El sistema fue diseñado y puesto en marcha empleando los diferentes elementos mecánicos, electrónicos y computacionales de la mecatrónica. La andadera consiste en una estructura física, con sistemas de soporte de extremidades superiores y torso, sistemas comerciales de transmisión de movimiento y de comunicación y control inalámbrico.
“Integramos un arnés, un soporte de torso para el usuario e implementamos también un soporte de apoyo para extremidades superiores, con lo que el niño puede tomarse de la andadera y además estar sujeto al sistema a través del soporte del arnés. El sistema tiene incorporados dos motores en las ruedas delanteras y atrás tiene dos ruedas giratorias, lo que le permite al sistema girar sobre su propio eje, y el movimiento de la andadera lo controla el asistente a través de un control remoto”, detalló.
Actualmente su proyecto ya fue registrado ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) para solicitar la patente.
La andadera fue integrada y realizaron una prueba piloto en el ambiente hospitalario para el que fue diseñada; los resultados preliminares obtenidos son satisfactorios, ya que pudo asistir y estimular eficientemente a un niño de dos años de edad y nueve kilogramos de peso, que presenta discapacidad motriz en la marcha inicial, siendo este uno de los casos más complejos para el sistema.
Información e imagen:Conmacyt