Algo que sonaba imposible en el siglo pasado sucedió el martes 19 de abril de 2016.
El pleno de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) determinó ante el problema mundial de las drogas, pasar de un régimen netamente prohibicionista a uno en el que se privilegie su atención como un tema de salud pública, “con el fortalecimiento de la prevención en todos los ámbitos y atendiendo sus causas, entre ellas la pobreza y con pleno respeto a los derechos humanos”.
La Asamblea General de la ONU adoptó la resolución A/S-30/L.1, que establece que los países aceptan que el problema de las drogas sigue planteando retos para la salud, seguridad y bienestar de la humanidad.
Los países integrantes resolvieron, después de un intenso debate en torno a la pena de muerte que aplican algunos países como castigo a delitos relacionados con drogas ilícitas, redoblar sus esfuerzos a nivel nacional e internacional para combatir a los grupos criminales. Y acordaron al mismo tiempo implementar acciones de atención al individuo y su comunidad.
En el documento adoptado, Naciones Unidas reconoce “la importancia de incorporar adecuadamente las perspectivas de género y de edad en los programas y políticas públicas relacionados con las drogas”. También hizo siete “recomendaciones operacionales” sobre la reducción de la demanda de estupefacientes y medidas conexas, incluida la prevención y el tratamiento.
México, a través del presidente Enrique Peña Nieto, llevó la voz de quienes participaron en los foros que se efectuaron desde principio de año en el país, sobre el uso de marihuana. Dejó clara la posición de su gobierno de legislar en favor del uso medicinal y científico de esta hierba, que ancestralmente se cultiva en territorio nacional, no criminalizando a los consumidores sin dejar de aplicar sanciones para quienes se dedican al narcotráfico.
El presidente planteó ante la asamblea de la ONU diez acciones sobre el consumo de drogas. México pondrá énfasis en que la política de drogas en el mundo esté basada en evidencia y privilegie integralmente la prevención, la salud pública y los derechos humanos. Entre las medidas, pidió refrendar la responsabilidad común y compartida del fenómeno global; reforzar el frente y cooperación contra la delincuencia organizada transnacional; promover mandatos internacionales en agencias especializadas de Naciones Unidas; y alinear esfuerzos y políticas de drogas a los compromisos de la Agenda 2030. Además, atender los daños sociales ocasionados por el mercado ilícito de drogas y buscar una prevención integral de la violencia, exclusión y debilitamiento del tejido social; generar respuestas integrales y equilibradas de desarrollo, salud pública y derechos humanos; y tratar el consumo de drogas como un asunto de salud pública sin criminalizar. Propuso privilegiar la proporcionalidad de las penas y las alternativas al encarcelamiento; sumar esfuerzos internacionales por una campaña global a niños y jóvenes; y garantizar mejor acceso a sustancias controladas para fines médicos y científicos. Hay indicios a partir de los resultados de la asamblea de Naciones Unidas de que Estados Unidos respaldará la nueva política hacia las drogas planteada ayer por Peña Nieto, según explicaron horas después de los acuerdos expertos estadounidenses. “Creo que (México) está poniéndose al corriente con la realidad. El mundo se está moviendo muy rápido en este tema. Ciertamente en Estados Unidos ahora la mayoría de la población ya tiene acceso a cannabis medicinal de alguna forma u otra.
“Hay muy poco que Estados Unidos puede decir para criticar a México. Pienso que es un paso muy prudente y fácil de hacer en este momento (el anunciado por México)”, comentó Sanho Tree, director del Proyecto de Política de Drogas del Institute for Policy Studies (IPS, por sus siglas en inglés). En la sesión especial de la ONU sobre Drogas (UNGASS), el gobierno estadounidense adoptó una posición tímida respecto de la observancia de las Convenciones internacionales de prohibición.
“Debido a los cambios internos... EU se ha vuelto mucho menos agresivo en presionar a otros países a adherirse a las Convenciones. Entonces lo que pasó internamente ha motivado a que tome una aproximación más progresista”, precisó Hannah Hetzer, encargada internacional de la Drug Policy Alliance, la más grande organización a favor de la regulación en EU. Pennsylvania es el estado que más recientemente avaló el uso médico de la marihuana, por lo que varios estados en la Unión Americana preparan sus referéndums sobre el uso recreativo de la marihuana para noviembre próximo, tras las experiencias que existen de tiempo atrás en Colorado, Washington, Alaska y Oregón. De aquí en adelante seguiremos viendo tensiones y jaloneos, sólo que por primera vez las autoridades mexicanas reconocen el consumo y asumen no criminalizar lo que en el pasado solo era una droga de consumo para pobres y soldados.
Hoy es consumida por amplios sectores de la población sin importar nivel o clase social, con fines medicinales y también lúdicos.
La consolidación de la regulación del uso de la marihuana en México no será sencilla, pero ya se dio el primer paso y siempre por algo se empieza.
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