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Lunes, 06 Julio 2015 09:10

Defendiendo el tono de mi Azul

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Desde pequeñas nos llenan la cabecita de ideas respecto al futuro:  las dulces niñas se convertirán de grandes en hermosas princesas de cabelleras largas, pies pequeños, cintura estrecha y boquita en forma de botón de flor.

Un buen día aparecerá a lo lejos un caballero valiente, rubio, fuerte y formal que vendrá a salvarnos la vida; tendremos muchos hijitos y seremos felices para siempre.

¿Fue culpa de Disney?

Cuando las mujeres crecemos y vamos madurando nos damos cuenta con enorme desilusión de que no todas tenemos cabelleras largas, cinturas pequeñas ni boquita en forma de botón de flor, de que los príncipes fuertes, valientes, escasean y de que tener hijitos y casarte no te garantiza el final de cuento: “vivieron felices para siempre….”

Para las chicas que pasando la adolescencia todavía siguen con complejo de princesitas la desilusión es peor aún.

El alto precio de la fantasía de la princesa del cuento y el príncipe azul

 Sé que aunque la mayoría de las chicas gritamos que somos autosuficientes, y además exigimos igualdad de géneros, en el fondo y no tan en el fondo, nos sigue encantando que un hombre nos abra la puerta del coche, nos envié flores, huela rico y nos haga sentir protegidas y admiradas: si, en el fondo seguimos esperando ese príncipe azul de los cuentos que nos leían una y otra vez nuestros padres cuando éramos pequeñas,  y pobre de él si no cumple con alguno de los requisitos que mentalmente creamos, entonces nos sentimos bastante decepcionadas: si te regala flores, tú querías tulipanes, si te dedica canciones tú querías una serenata.

Nos creamos una imagen mental mezclando fantasía y realidad de la cual jamás nos sentiremos lo suficientemente satisfechas

Fantasía vs Realidad

El peligro es basar todas nuestras relaciones de la vida real en una fantasía de cuentos de niños : no eres una princesa debilucha, simplona ni tonta que necesita ser rescatada por nadie, eres una mujer real; con defectos reales, virtudes reales, con cintura estrecha o ancha, una mujer vulnerable pero con la fuerza de una leona cuando decide conseguir algo, una chica con enorme corazón y ambiciones, todo eso eres tú.

El príncipe azul de los cuentos no debe ser siempre valiente, ni fuerte ni perfecto; es un ser humano real: con miedos, flaquezas, dudas, y no necesita una princesa asustada para rescatar, quizás solo necesita una compañera, alguien que lo complemente y lo haga crecer mental y espiritualmente.

Azul celeste, azul marino o azul-ado

 El amor se trata de dejar ser a la otra persona como es; sin exigirle que cambie para poder agradarte, sin esperar de él reacciones o palabras que según tú, son las correctas: deja de crear  expectativas y concéntrate en lo que tú puedes ofrecer.

EL: “vivieron felices para siempre” es cuestión de trabajo de dos, de entendimiento, complicidad, tolerancia y comprensión, deja de buscar un príncipe azul, no existirá un azul que llene tus fantasías, mejor busca estar  simplemente  azul_ado. Los príncipes del cuento son simplemente eso: un cuento.

 

 

 

Imagen de: www.guioteca.com

 

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