Escrito por: José Luis Castillo Baez
Pues en estas últimas semanas nos ha quedado clarísimo, o al menos eso quiero creer, que la cuarta transformación tan pregonada por López Obrador será un fracaso mayúsculo, las apuestas las tenían en el petróleo y el día de hoy con una estrepitosa caída del 38% en el precio del petróleo a menos de 12 dólares por barril se antoja bastante difícil una recuperación en el corto plazo.
El problema es simple, petróleo hay, lo que no hay es quien lo compre, ¿por qué? … pues porque la movilidad se vio reducida significativamente, lo que se traduce en menos combustibles para consumir, eso es entendible, ahora bien, recordando la PIFIA de Roció Nahle en la reunión de la OPEP y su negativa para reducir la producción de petróleo y alcanzar un acuerdo donde todos los países participantes estuvieran de acuerdo y fuera benéfico para todos, resultó en tremenda cachetada por parte de Arabia Saudita que a través de la petrolera ARAMCO se encargara de proveer la totalidad el crudo necesario para el mercado Asiático, quitándole a México uno de sus nichos más importantes de mercado, (28%) en otras palabras.
El berrinche nos salió muy caro, ahora le debemos a los Estados Unidos (no se sabe bien qué pero se lo debemos) y pues nos quitaron mercado, así de inteligentes las negociaciones y la estrategia petrolera de la 4t, fuimos el hazmerreír del mundo entero.
Bueno eso es, por un lado, por el otro y probablemente el más importante, el COVID-19 que, a pesar de tener 3 meses de ventaja, así como lo leen, 3 meses en los que el mundo entero dio la voz de alarma, en los que se pudo invertir en un sistema de salud ya de por si colapsado - y esto también hay que decirlo – desde anteriores administraciones.
Recuerdo aun a mediados de Marzo, con todo en contra y contra todo sentido común, el señor presidente nos invitaba a todos a salir a los restaurantes, a las fondas, a nuestro Gobernador declarando que esta era “una enfermedad de ricos, y los pobres somos inmunes” recomendando “mole de guajolote” para la prevención y “caldito de pollo bien picoso” para el tratamiento del virus, poniendo al estado en el ridiculazo más grande a nivel internacional del que se tenga memoria en mi querida Puebla, obviamente la condena internacional no se hizo esperar, y lamentablemente la burla tampoco.
Lo verdaderamente triste de esta situación, es que tuvimos tiempo, se tuvo el dinero, porque al final, el año pasado hubo subejercicio del gobierno federal y por lo menos la ciudad de Puebla lo tuvo por 1200 MDP ¿dónde está todo ese dinero?
¿Para qué se usó?
Esa puede ser la diferencia entre la vida y la muerte para muchísimos ciudadanos, para el personal de salud, quienes tienen que trabajar con las ya muy ventiladas carencias de material esencial para su protección personal, ellos lamentablemente están arriesgando sus vidas por todos los demás y nosotros no podemos ni siquiera quedarnos en casa, total que este sistema de salud como todos lo sabíamos está moribundo, sin inversión, sin insumos básicos, sin nada más que las buenas intenciones del personal de salud a quienes muy al margen quiero extender mi más profundo reconocimiento, mi admiración y mi respeto.
La crisis económica que se nos viene encima será brutal, pero esa mis queridos amigos es otra historia.
Las opiniones aquí expresadas son exclusivas de quien las escribe.