Andrés Manuel López Obrador ha convocado a redactar un código ético que norme la conducta de todos quienes vivimos en el país. Su propuesta no es nueva, es de siempre.
Como propuesta me parece magnífica. Creo que sería una de las formas principales en como pretendería combatir la corrupción. Y ya no es el único de los precandidatos que habla de ello. Las razones son obvias. La gran corrupción que prevalece en el país obliga,
Para que tal lucha sea efectiva, se necesita de la Ética. De la Moral. No hay otra forma. Las leyes, que son instrumentos de segundo grado, no logran lo que estas dos ciencias hacen Transformar al individuo.
Es por eso que todo abogado sabe que la ley, es el aspecto mínimo de moral que requiere una sociedad para progresar.
Las empresas, que también lo saben, exhiben a la entrada de sus oficinas los códigos de ética en que basan sus funciones. Son una especia de garantía que exhiben a sus clientes y empleados de cómo son. De qué esperar.
Moral y Ética. Aspectos endógenos y exógenos de la conducta y el comportamiento humano, respectivamente.
Las empresas hoy crean, generan, piensan y redactan sus códigos deontológicos con base en la Ética. Los imprimen y los cuelgan en bonitos cuadros en las paredes de las oficinas que ocupan.
Hablan de ellos. Sus empleados y funcionarios asisten frecuentemente a seminarios que les capacitan para el cumplimiento de ello. Se firman pactos solemnes y los firmantes se comprometen a cumplirlos a pesar de sus intereses.
Pero resulta que en la vida real y pragmática los códigos funcionan a medias. O lo hacen más en unas empresas que en otras. ¿Por qué?
La ética es una de esas cosas de la vida que sabemos existe. Pero cada día que pasa sabemos menos para qué sirve.
La ética trata de los principios y reglas morales que regulan el comportamiento de las relaciones del ser humano para con el ser humano y el mundo que le rodea. La ética es la parte de la filosofía que estudia la moral de los actos y los clasifica como buenos o malos.
En palabras simples, la ética es la diferenciación que hace una persona entre los beneficios colectivos y los personales, poniendo como más relevantes los primeros. Es el concepto teórico. Lo real es otra cosa y en tiempos de la “posverdad”, lo pragmático otro más.
Cuando los expresidentes Echeverría y López Portillo gobernaron en México, a alguien o algunas personas tuvieron la “idea” de sacar de las aulas de la escuela secundaria y del sistema educativo mexicano le ética, el civismo, la moral. Estamos viviendo las nefastas consecuencias de ello.
Se incrementó la delincuencia, los abortos. Divorcios. Proliferaron las pandillas. El consumo de drogas, el bulling. La corrupción campea por todo el territorio nacional. Se “perdieron” los valores. Se dice. ¿Cuáles? Los principios Morales. Los valores éticos
Alguien en la década de los 70 decidió que la ciencia que enseña acerca del comportamiento del ser humano, La Ética, ya no era ya necesaria. Había que desaparecerla.
Seguramente eran personas que les molestaba que se les señalara como “depredadoras”. Pues la Ética es la ciencia que enseña a comportase correctamente y a respetar a las demás personas.
Muestra cómo somos los ser humanos y la forma en como tratamos a otros seres vivientes. A las cosas. Es la ciencia que nos muestra cómo dejar de ser “depredadores” hacia nuestra propia raza.
Lo que nos ha sucedido en los últimos cuarenta años ha sido eso precisamente. Una depredación del ser humano hacia el ser humano.
Alguien podría decir que hoy es igual que antes. Que siempre hemos sido así como somos hoy. Entonces respondería: sí, es cierto. Con la diferencia que ahora la maldad se ha exacerbado y se ha hecho la regla. Lo comúnmente aceptado.
“El que no tranza no avanza”. “Qué tanto es tantito”. “Pero sí todos lo hacen”. Son ejemplos culturales de nuestra falta de ética.
Por ello tenemos ante nosotros aspecto de la vida que vemos a diario y de los que nos quejamos, renegamos o reclamamos. Corrupción, crimen, violencia.
Por eso es que estoy de acuerdo con que se proponga el redactar un Código Ético Nacional. Y esperaría que a pesar de que el señor López Obrador no fuera el presidente electo en unos meses, a tal proyecto le diera forma, como si él hubiera ganado.
¿Lo haría? No lo sé. Pero si quiere, le ayudo. A él o al que llegue. Es más, ya lo tengo redactado. Ahí el Meollo del Asunto.
Por eso ahí estaría, El Meollo del Asunto.
Twitter: @elmeoyodlasunto
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