Desde el pasado domingo 10 de enero en que se da a conocer la entrevista de Kate del Castillo y Sean Penn con Joaquín Guzmán Loera, mejor conocido como “El Chapo”, manifesté mi punto de vista: Esta podría ser considerado un delito para Del Castillo y Penn, dependiendo de los “tratos” que hubieren podido hacer con el capo. No soy abogado. Pero mi oficio de periodista me ha enseñado que este tipo de relaciones, las que se establecen con personas que son buscadas por la justicia, nunca dejan algo bueno para quienes no son los buscados. Es decir.
Kate del Castillo y Sean Penn son ahora presuntos encubridores de un prófugo de la justicia. Su deber era denunciar al hombre más buscado del mundo entonces. Una persona que tiene la fama de ser un criminal despiadado. Responsable de más de 10 mil muertes. Que encabeza el Cártel de Sinaloa. El más poderoso del mundo. Dueño de una fortuna de más de mil millones de dólares. Que aparece en las listas de las personas más ricas del mundo. Pero que para otros es un benefactor. Un hombre de negocios. Ilícitos negocios, pero negocios. Sus empresas se mueven de la misma forma que todas las empresas. Siguen las reglas del mercado. La Ley de la Oferta y la Demanda, etc. El “Chapo” es sin duda un personaje que supera la ficción y cualquier novela sobre el tema del narcotráfico, etc. Se hablará del “Chapo” por generaciones enteras. Sin embargo, ése no es el Meollo del Asunto.
La fuga del “Chapo” del penal de máxima seguridad del Altiplano, en Almoloya, Estado de México, fue un hecho que ridiculizó no sólo a México y a su gobierno, sino al mismo presidente de la república. Enrique Peña Nieto habría declarado tres años antes que sería; “un hecho vergonzoso”, el que el “Chapo” se volviera escapar de la prisión. Pues ya se había escapado previamente cuando era presidente de la república Vicente Fox (2000-2006), del PAN. Partido opositor por historia y tradición del partido del presidente Peña Nieto. El PRI.
La captura del fugado narcotraficante había sido magnificada por el partido del presidente y gente afín a Peña Nieto. Con ella había avergonzado a los opositores del PAN. Ahora con la fuga a través de un túnel, tuvieron la oportunidad de vengarse de quién los había humillado. Así es la política. El presidente escupió hacia arriba y ahora se había ensuciado Y los panistas no lo dejarían pasar. Tampoco todos los opositores de la administración de Peña Nieto. Pero de nuevo, aquí no está El Meollo del Asunto. ¿Dónde entonces?
Al darse a conocer que Kate del Castillo y Sean Penn se habrían visto con Joaquín Guzmán Loera, de inmediato se destapó una cloaca. Pronto surgieron los cuestionamientos. Los análisis. Las conjeturas. La recaptura del “Chapo” en los Mochis, Sinaloa conmocionó a la opinión pública. Cimbró a las redes sociales. Generó todo tipo de comentarios. La entrevista superó todo eso. ¿Cómo era posible que se hubieran reunido con el Chapo estando prófugo? ¿Qué preguntaron? ¿Por qué dos artista? ¿Cómo llegaron al Chapo? Y cientos de preguntas surgían.
Para el martes 12 del presente, los “opinadores” profesionales, habíamos presentado nuestras opiniones en las diferentes plataformas en que lo hacemos. En el extranjero felicitaban a EPN. Que alardeaba con la captura. En México hay periodistas de renombre y fama nacional que calificaron la entrevista como, “un gran logro periodístico”. Hay quienes decimos que de periodístico no tuvo nada. No sólo porque no fue realizada por periodistas, sino porque la misma no cumple y no contiene los elementos necesarios. Kate y Sean no controlaron las preguntas. No podían repreguntar, inquirir, rebatir. A ellos les dieron una lista de preguntas cuyas respuestas habían sido preparadas de antemano. Era entonces algo así como una declaración y la pareja eran sólo los voceros que leían un boletín. Pero no estaría ejerciendo una entrevista periodística.
Años antes, un periodista de gran nombre y ya finado, Julio Scherer García, había entrevistado a otro personaje del narco. A Rubén Zambada, El Mayo. Aquí sí se cumplió con estos requisitos y hubo uno más. Don Julio cumplió con la ética periodística de no hacer apología del crimen. De no ensalzar y justificar a quien por los motivos que hayan sido dedicó su vida a traficar con droga. Esto para mucha gente no tiene la menor importancia. Sin embargo, quienes por décadas hemos trabajado directamente reporteando y reportando lo que sucede en la sociedad, sabemos que los niños en la actualidad, los adolescentes de generaciones pasadas no aspiran a estudiar, trabajar y esforzarse con labrar un futuro a base de disciplina, honradez y esfuerzo. No desean ser abogados, médicos, bomberos, ingenieros, etc. ¡No! Quieren ser “narcos”, como el Chapo, como el Mayo. Como muchos otros que han hecho fama y dinero. Prefieren-dicen-vivir cinco o diez años en la riqueza, que toda una vida en la pobreza. Y la gente festeja esto último como si fuera una broma o un chiste de Polo-Polo.
¿Quiénes han contribuido para que niños y adolescentes tengan esta visión para la vida? No sólo el Chapo y gente como él, sino Kate del Castillo y Sean Penn. Y de manera principal y definitiva. ¿Cómo? Haciendo apología y glorificación de personajes del crimen organizado. Presentándolos como “héroes” de vida. Tergiversando a veces las historias para hacerlas más dramáticas y vender más boletos en el cine. Usando la hipérbole en las historias para impactar la cultura y la sociedad con el pretexto de que son artistas. Celebridades. Que se creen ser semi-dioses de un Olimpo en el que creen vivir y los medios y la gente los han puesto erróneamente.
Eso es lo que pretendían seguir haciendo Kate del Castillo y Sean Penn. Edificar, engrandecer y glorificar el mito del “Chapo Guzmán”. Hacer una historia novelada. Vender muchos boletos en el cine. Ganar dinero en las regalías y parafernalia. Y eso lo veo sólo en lo que se percibe a simple vista. Pues en la relación y por los diálogos que se han dado a conocer de los mensajes de texto entre el capo y la actriz, se nota claramente el concepto y el sentir del Chapo por una de las varias bellas mujeres que él ha escogido para los fines que sólo él sabrá. “Te voy a cuidar como a mis ojos”. Frase que El Chapo le dedica a Kate y que es digna de un poema de amor que contiene un dejo de lujuria por la dama. Otra dama sería la joven diputada del PAN en Sinaloa, Lucero Guadalupe Sánchez López. Con la que se publica había pasado la fiesta de año nuevo. (SDP Noticias, 12/1/2016)
Sí, existen muchos tecnicismos legales en la entrevista. En el método de captura. Los más de 9 mil efectivos que buscaban al Chapo. Si fue casual o no su captura. Se sabe que PGR venía investigando a la pareja de actores desde hace tiempo. Que confiaba encontrar al capo a través de Kate del Castillo. Que ambos actores son partidarios una, de grupos antagónicos al actual gobierno mexicano y el otro de gobiernos y personajes antagónicos al de su país. Como el desaparecido Hugo Chávez.
Sí, esto y muchas cosas más hay en el trasfondo de la historia. Mas, unos son sólo hechos superficiales, obvios otros, importantes algunos más. Pero el verdadero y Gravísimo daño está en lo que no es obvio. En las generaciones de niños y niñas dañadas porque desean y quieren ser como el “Chapo” Guzmán y como “La Reina del Sur”. Personaje feminista que interpreta Kate del Castillo en una serie sobre una mujer narcotraficante. La que motiva a las niñas a no querer ser enfermeras o doctoras, ingenieras. Y todo eso prepara a las interminables generaciones futuras de “Chapos”. Que para cuando cae el de arriba, ya hay cientos abajo que viene subiendo en el escalafón y aprendiendo el negocio. Haciendo que su erradicación sea imposible porque gente como Kate y Sean les han enseñado que vale la pena vivir como viven los narcos que presentan en sus películas y en el tipo de entrevistas que realizan. Y éste sí es, El Meollo del Asunto.
Tuiter: @elmeoyodlasunto
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