Científicos del Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen) y de las universidades Nacional Autónoma de México (UNAM) y Autónoma de Querétaro (UAQ) estudian un nuevo grupo de fármacos llamado casiopeínas, que ha demostrado tener ventajas en el tratamiento del cáncer.
Este nuevo medicamento ha logrado disminuir los efectos secundarios presentes en los pacientes con tumores malignos, informó en un comunicado la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnologia (Conacyt).
Señala que el principal efecto que tienen las casiopeínas en el combate contra el cáncer es que favorecen la apoptosis, que es la muerte celular programada por el propio organismo y en los procesos cancerígenos ayuda a destruir las células enfermas.
Para explicar los efectos, el grupo de investigación utilizó la casiopeína CasII-gly en cultivos de células de cáncer cervical y estudió las respuestas fisiológicas de estas células ante el fármaco.
El subdirector de Genómica Poblacional del Inmegen, Enrique Hernández Lemus, dijo que las casiopeínas y otros compuestos con actividad biológica de su clase (compuestos organometálicos basados en cobre) han sido estudiados desde hace ya varios años.
“En años recientes el énfasis se movió de determinar los alcances de su actividad biológica hacia intentar averiguar los mecanismos moleculares por los cuales esta se da”, resaltó.
Por tanto, explicó, la investigación que se ha realizado permitió conocer que además de producir la muerte celular, el fármaco produce diferentes efectos en las células como impedir que las células malignas continúen con su ciclo de vida de la etapa del ciclo celular denominada G1 a la etapa S.
También, evitar la proliferación de fibroblastos (células involucradas en la formación de la matriz extracelular, que en caso de tener cáncer provoca el crecimiento de tumores), reducir la migración celular y evita dañar el hígado, anotó.
Señaló que además se encontraron evidencias de que este fármaco podría activar la respuesta inmune general del organismo y los mecanismos de reparación de las células dañadas.
Aseguró que todos estos efectos se estudiaron mediante la detección de moléculas que las células producen o dejan de producir cuando realizan alguna acción, como la protección hepática, la migración, la división celular.
Con estos descubrimientos, afirmó, se contribuye a aseverar que las terapias basadas en fármacos con cobre pueden evitar los problemáticos efectos secundarios de la quimioterapia, que muchas veces comprometen la salud de los pacientes.
Dijo que la quimioterapia también es tóxica para las células sanas, por lo que la investigación actual en estas líneas busca aumentar la toxicidad sobre las células tumorales y disminuir su efecto en células sanas.
Aseveró que las casiopeínas contienen en su estructura un átomo de cobre, que las vuelve altamente reactivas al material genético; además, el metal al ser un elemento naturalmente presente en las células, puede ser manejado y desechado con mayor facilidad por nuestro cuerpo.
Mencionó que las investigaciones sobre los mecanismos de acción de estos compuestos anticancerígenos no han terminado, el siguiente paso conllevará el estudio in vivo y los estudios clínicos con pacientes.
“El fármaco actualmente se encuentra en proceso la llamada fase clínica I, que es una fase de pruebas para ver su toxicidad en humanos. Una cosa es que funcione bien en modelos celulares y animales y otra es evaluar la posibilidad de efectos secundarios en seres humanos”, apuntó el especialista.
Añadió que una vez que se valide el fármaco en esta etapa, todavía hay que hacer un par de fases más (aún más estrictas) antes de que se apruebe su uso en humanos.
Información:Notimex