La figura de Don Benito Juárez es universal, es mexicana y es inmortal. Don Benito y todo el grupo de “liberales” mexicanos del SXIX, cambiaron a México para siempre. Cortaron-entonces-de raíz males que aquejaban a todos los mexicanos. Expidieron una constitución que marcó el derrotero de un país que con la Reforma, iniciaba realmente su independencia como nación. Mas, pareciera que lo logrado por Juárez y sus compañeros los Reformadores, debería retomarse en su espíritu más puro, más completo, más genuino. Ya que hoy está falta o carente de significado y en hechos. Sólo quienes no tengan una idea clara de lo que creían, de lo que perseguían y quiénes eran los Reformadores, no entenderán quién era el que les inspiraba. Que se revelaba ante la más odiosa y perversa idea, la de esclavizar conciencias, la de refrenar las ideas.
Hay quienes critican a Juárez por haber despojado a la Iglesia Católica de sus bienes. Los que en aquella época eran calculados en algo así como 179 millones de pesos-lo que cualquier Romero de Champs tiene hoy en día-pero en 1845-57, ésa era una cantidad que para lo que entonces valía un peso, desmayaba a cualquiera. Imagine; a Antonio López de Santa Ana, que por los terrenos de la mesilla le ofrecieron 20 millones de pesos. De los que sólo llegaron seis a las arcas nacionales. Entonces, con 179 mdp compraban todo el país y mucho más. Hay quienes critican a Juárez porque no desterró al clero juntamente con los franceses, o porque según ellos, sólo imitó a los E.U.A. Algo que es discutible.
Lo que en realidad Juárez y los Hombres de la Reforma querían era liberar al pueblo mexicano de la ignorancia, de la intolerancia y traer equidad entre todos.
Por su parte, Don Melchor Ocampo, Masón del rito escocés, propuso una medida drástica. Cambiar la religión de los mexicanos.”
Estoy seguro que don Melchor no pretendía que todos nos volviéramos masones como sí cristianos. Pero por si esto se le hace poco, hubo un liberal que fue más allá en sus acciones. Sebastián Lerdo de Tejada. “Él, invitó a venir a México a los pastores protestantes de EUA, habiendo proliferado estas religiones desde entonces y hasta a la fecha en el país. ¿Qué indica esto?
En buen español indica que los reformadores no eran ateos. Como muchos los quieren hacer pasar. Eran hombres con profundas ideas de fe y con algo más que eso, conocían a fondo el Evangelio y sabían que ahí, en el Evangelio, se encuentra la fuerza necesaria para cambiar una nación. Las Leyes de Reforma no son otra cosa que: “dar al César lo que es del César y a DIOS, lo que es de DIOS”. Ahí, El Meollo del Asunto.