El cuerpo tiene diversas formas de comunicarse, por lo que un antojo puede significar una necesidad emocional más que alimenticia, es por ello que es necesario diferenciar los gustos nutricionales de los emocionales.
Cada persona puede tener antojos muy específicos para determinada emoción, de modo que cuando se encuentra enferma, triste, cansada o se siente sola, los alimentos dulces llaman más su atención, aseguró en un comunicado la doctora Marilú Acosta.
En cambio, si se encuentra agotado por responsabilidades, un helado o una paleta es lo que se le viene a la mente, al tiempo que cuando se necesita fortaleza interior se piensa en proteínas y si se está aburrido se le antoja lo salado, agrio o picante.
También se pueden tener antojos por costumbre, ya que si todos los domingos se ingiere un helado o todas las mañanas se desayuna fruta, la mente se acostumbrará a pedirlo, indicó la doctora.
En cuanto a los nutrientes, se apetecen chocolates es porque se necesita magnesio, cromo o complejo B; a su vez el cuerpo busca pan como fuente de energía o fibra; entre tanto, con los alimentos salados, el cuerpo requiere de agua con electrolitos.
La especialista mencionó que no todo antojo tiene que ver con la comida, ya que esta sensación pasa en 10 minutos, por lo que recomendó enfocarse en alguna actividad de corto tiempo para que esta desaparezca y se pueda identificar la verdadera necesidad.
Acosta subrayó que si se logra entender las necesidades fisiológicas, la gente logrará estar más tranquila, relajada, enfocada en su vida personal, social y profesional.
Información:Notimex