Por su alto valor nutricional, con proteínas más digeribles que la carne, la alga espirulina se considera dentro del grupo de los súper alimentos o alimentos del futuro, afirmó el biólogo Eduardo Juárez Castillo.
El experto del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA) de la Universidad de Guadalajara (UdeG) explicó que aunque se le conoce como alga no lo es. Es una bacteria que vista al microscopio tiene forma de espiral.
“De ahí su nombre de alga espirulina. Para dimensionar su valor nutricional, basta decir que contiene prácticamente la misma concentración de proteína que el huevo de gallina, entre otras propiedades”, afirmó.
Añadió que actualmente se puede hablar de un resurgimiento de esta especie como fuente nutricional y como una oportunidad de agronegocio, sobre todo porque hay una tendencia de valorar los alimentos naturales y amigables con la salud.
Refirió que la espirulina en nuestro país tiene un origen que se remonta a las culturas precolombinas, dado que ya era aprovechada en la dieta de los aztecas y otras etnias que la sacaban del lago de Texcoco.
Como aportación específica del sector académico, detalló que se ha desarrollado una metodología para enseñar la forma de producirla mediante un paquete económico y rentable para quienes se interesen en establecer unidades productivas de diversos tamaños, según la inversión disponible.
De esta manera pueden establecerse “granjas de algas” con una producción mínima de tres a cuatro kilogramos al mes, que dejarían un buen ingreso a sus interesados, dado que cada gramo tiene un valor comercial mínimo de un peso.
Los proyectos productivos relacionados con la espirulina también podrían impulsarse con apoyos oficiales, por la creciente demanda que existe de productos nutricionales de origen natural, indicó uno de los coordinadores del área de Acualcultura de la Secretaría de Desarrollo Rural de Jalisco (Seder), Luis Robles Briseño.
Un ejemplo de ello es el Rancho Ecoverde que recientemente participó en el concurso estatal de la Red Nacional de Desarrollo Sustentable (RENDRUS), mencionó.
Por su parte, Juan Manuel Jiménez Cervantes tiene en marcha una unidad productiva de alga espirulina. Esto forma parte del proyecto de Rancho Ecoverde, ubicado en el municipio de Ocotlán, donde se produce este microrganismo.
En el segmento del mercado de alimentos naturistas y nutracéuticos el alga tiene un buen posicionamiento, incluso se importa de países asiáticos un volumen importante para satisfacer la demanda nacional.
Detalló que en el ámbito regional, el producto se cotiza en fresco a mil 300 pesos el kilogramo, lo que da un buen margen de ganancia frente a sus costos de producción que son muy inferiores.
Para los productores de la espirulina, el reto es difundir sus beneficios y las diversas formas en que puede consumirse, como mazapanes, cápsulas, galletas o polvo combinable con jugos, yogures y licuados, entre otras opciones.
Al momento, en el ámbito local se registra ya un avance en el aprendizaje de la producción y las técnicas para mantener el alga en óptimas condiciones, expuso Jiménez Cervantes, quien adelantó que en su proyecto ya visualiza introducir este organismo como suplemento para nutrir al ganado.
En el paquete difundido por el CUCBA se recomienda tener depósito de crianza del alga de mil litros, lo que genera cada mes un promedio de un kilogramo y medio de producto comercializable. Una granja de dos hectáreas, generaría de 30 a 40 toneladas.
Información:Notimex