Investigadores de la Clínica Cleveland, en Estados Unidos, descubrieron un vínculo biológico entre el metabolismo de las bacterias intestinales y la obesidad. El equipo demostró que el bloqueo de una vía intestinal específica microbiana podría prevenir la obesidad y la resistencia a la insulina, así como inducir a que el tejido adiposo (graso) sea metabólicamente más activo. El estudio fue publicado recientemente en la revista Cell Reports.
El equipo de expertos, dirigido por J. Mark Brown, del Instituto de Investigación Lerner de la Clínica Cleveland, estudió la vía metabólica que crea el óxido de trimetilamina (TMAO), una sustancia química producida por las bacterias intestinales durante la digestión de nutrientes clave —colina, lecitina y carnitina— que se encuentran de forma abundante en productos de origen animal, como la carne roja, las carnes procesadas, las yemas de huevo y el hígado.
El doctor Stanley Hazen, colega del doctor Brown en este trabajo, previamente había demostrado que los niveles elevados de TMAO se asocian con un riesgo más alto de eventos cardiovasculares severos, tales como ataque cardíaco y accidente cerebrovascular.
Dado que las enfermedades cardiovasculares y la obesidad están estrechamente vinculadas, el equipo estableció la hipótesis de que el TMAO también podría estar involucrado en las vías metabólicas que conducen a la obesidad. Con ello, se centraron en una enzima llamada flavina monooxigenasa 3 (FMO3), que convierte al TMAO en su forma activa. Así, descubrieron que los ratones que carecían del gen FMO3 o lo tenían desactivado estaban protegidos contra la obesidad, incluso cuando se alimentaban de una dieta rica en grasas y alta en calorías. Además, los ratones FMO3 negativos mostraron una mayor expresión de genes asociados con células de grasa beige o marrón, que son más activas metabólicamente que las células de grasa blanca.
El estudio confirmó en 435 pacientes que los altos niveles de TMAO se asociaron con una mayor incidencia de diabetes tipo 2.
“La obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares están fuertemente ligadas. Mientras que el microbioma ha demostrado afectar a las enfermedades cardiovasculares, no existe evidencia concreta de cómo las bacterias intestinales influyen en la obesidad“, indicó Brown. “Estos hallazgos arrojan luz sobre una posible manera de manipular el microbioma con terapéutica para combatir nuestra epidemia de obesidad y diabetes“.
“Dadas las numerosas asociaciones fuertes que hay entre la vía TMAO dirigida por microbios intestinales y la enfermedad humana, este trabajo tiene amplias implicaciones para los esfuerzos de descubrimiento de fármacos enfocados a estos mismos microbios intestinales“, destacó Hazen, quien es presidente del Departamento de Medicina Celular y Molecular del Instituto Lerner y jefe de sección de Cardiología Preventiva y Rehabilitación en el Instituto Vascular y de Cardiología de la Familia Miller, en la Clínica Cleveland. “Sin embargo, se necesita trabajo adicional para comprender mejor todo el camino y los vínculos entre TMA, FMO3, TMAO y la salud humana“.
TMAO es un subproducto de la digestión bacteriana de la colina, lecitina y carnitina, nutrientes que son especialmente abundantes en los productos de origen animal mencionados al principio. Anteriormente, el doctor Hazen vinculó el TMAO a un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, demostrando que puede ser una poderosa herramienta para predecir futuros ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y muerte en múltiples poblaciones de pacientes.
Vía: EurekAlert! – American Association for the Advancement of Science
Imagen: The Health Edge