El consumo frecuente y exclusivo de alimentos con alto contenido de grasa y sal, como tacos, tortas y sopes, acompañado por sedentarismo, condicionan el desarrollo de obesidad y de enfermedades crónico degenerativas, alertó Rosa Iselda Yáñez Neri.
La coordinadora estatal de Nutrición en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) agregó que los antojitos mexicanos no deben considerarse una comida completa, porque tienen grandes cantidades de harina, grasa y sal, sin porciones de fibra.
“El porcentaje de la población que basa su dieta en esta comida debe considerar que el aceite o manteca han sido utilizados muchas veces, son grasas quemadas que afectan al corazón porque incrementan el colesterol y el nivel de triglicéridos”, apuntó.
Yáñez Neri añadió que la precaución no debe ser menor en quienes consumen “estos antojitos como mero tentempié, porque eso significa que además de comer las dos mil calorías de un plato de tacos, tortas o sopes, comieron o comerán algo más, una porción mayor a lo que corresponde”.
Si a ello se suma la falta de ejercicio, alertó, a mediano plazo habrá problemas de salud.
Es importante entender que en esa comida se usan tortillas y panes que sobrepasan el tamaño recomendado por los nutriólogos, contienen muchos carbohidratos y provocan la sensación de estar lleno, pero esto es engañoso porque carecen de las proteínas y vitaminas recomendadas.
“En lugar de activarte después de comer te sientes cansado, con menos energía para tus actividades diarias, el cuerpo tampoco tiene la cantidad adecuada de glucosa para su buen desempeño”, afirmó.
Resaltó que la mejor alternativa es consumir alimentos preparados en casa, “porque además así se tiene la certeza de su inocuidad, mientras que comer en la calle implica el riesgo de exponerse a microorganismos infecciosos”.
Estos alimentos, dijo, no cubren las características de lo más sano y muchas veces tampoco de lo más limpio posible, no sabemos de dónde vienen los ingredientes, cómo se transportan, conservan y preparan, su consumo puede provocar desde males digestivos hasta arterioesclerosis.
En este contexto, observó que quienes laboran en oficinas son un grupo de riesgo, “pues en su entorno suelen ofrecerse toda clase de comidas rápidas a las que acuden por no llevar nada preparado en el hogar”.
Por lo general son personas que dividen su tiempo entre responsabilidades profesionales y domésticas, que no se dan tiempo para realizar por lo menos media hora de ejercicio al día o de consultar a un especialista.
Mencionó que los síntomas de una mala nutrición son: fatiga, dormir pero no descansar, sueño durante el día, dolor de cabeza, malestar estomacal, estreñimiento, aumento de talla y sensación de pesadez.
Por lo anterior, la especialista exhortó a la población a buscar ayuda médica y a realizar un autoanálisis en el que se reconsidere el estilo de vida.
Información:Notimex
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