Susurraste sobre mi boca alejando el sabor amargo del desamor,
Y trayendo un remolino de sentimientos, y de imágenes a mi mente.
De alguna manera era como una ecuación perfecta, como si todos
Nuestros sentidos se alinearan al estar juntos.
¡Tregua! Boca devoradora, lengua maravillosa que me toma por sorpresa,
Qué extraño quererse alejar de este placer que me embriaga,
Como saborear el chocolate derretido a fuego lento y decir que no.
Me encanta tu boca, esos labios en forma de corazón, que se antojan adorables.
Tu presencia es como una brisa refrescante en medio de un desierto que sofoca,
¡Adicción! Quisiera impregnarme todo de ti, hasta hacerme un adicto,
Un obsesivo de tu respiración al estar cerca de mí.
Que obsesión la mía de verme enloquecer por ti, de ver cómo me confundes.
¡Sí! Un obsesivo del tan perverso olor de tu piel,
De ese aprisionante sabor a miel de tu lengua.
Eres tan diferente, y es que no tiene comparación tu piel,
Tú suave y tersa piel sobre mi boca, la mezcla de tu aliento con el mío,
La expresión de tus ojos centellantes, es como ver el mismo océano.
Mi amor todo esto es como un torbellino.
Me haces perder el control de las cosas, esos pequeños roces de tu boca me hacen temblar,
Me derrites, y todo se mueve exactamente al compas que marcan nuestros cuerpos sin control,
Mi tacto se vuelve más suave, mi cuerpo hierve… tus mejillas encendidas.
Que adictivo es todo esto, amor mío.
Todo mi mundo eres tú, todo tiene tu aroma, Mis sonrisas son tuyas, mis desvelos,
Mis letras, hasta mi aliento es tuyo. ¿Obsesión? No lo sé…
¿Has sentidos burbujas en la sangre? Yo sí.