Al primer minuto de este año que apenas empieza subieron las gasolinas y el diésel, con ello la presión social y política ha ido creciendo directamente contra el gobierno federal que tomó esta decisión, que aseguran era impostergable.
Ayer domingo hubo manifestaciones y bloqueos en la Ciudad de México y otras entidades del país.
No es un buen augurio y menos cuando el líder nacional del PRI trata de justificar la decisión gubernamental y la califica de “responsable”.
Enrique Ochoa Reza, presidente del Revolucionario Institucional declaró ayer en Tlaxcala:
“(El gobierno) ha eliminado el precio artificial de los combustibles y, en consecuencia, pudimos salvar los programas de seguridad social, de atención a la pobreza, de construcción de infraestructura que tanto necesita nuestro país, que estaban en riesgo ante la posibilidad de mantener el precio artificial de los combustibles”.
Ochoa Reza insistió que, en la mayor parte de los países del mundo, los precios de los combustibles responden al costo del petróleo, de transporte y almacenamiento, así como al margen comercial, y a su decir, esa es una buena noticia para México con la reforma energética.
El problema y lo hay, es que Enrique Peña Nieto tardó cuatro años manteniendo el subsidio que han pagado los diversos gobiernos del PRI y el PAN y ahora nos dicen que los ciudadanos pagarán lo justo y antes no lo hacían con la complacencia de millonarios subsidios que avalaban los políticos que tomaban las decisiones en el país.
¿De quién es la culpa?
Vale la pena preguntar, aunque seguramente las autoridades actuales no darán una respuesta porque son cómplices del engaño.
En este contexto, 2017 es un año con varios ingredientes políticos porque en este plazo se deciden las candidaturas presidenciales que jugarán en 2018 y la mayoría de los aspirantes a gobernadores de más de la mitad de las entidades federativas, entre ellas Puebla, que renovarán mandatarios el próximo año.
Por ejemplo, personajes de todos los niveles preguntan quiénes serán los candidatos al gobierno poblano para 2018.
Esa decisión no es sencilla en ningún partido porque en todos depende de quién será el aspirante presidencial que postulen y la circunstancia y posibilidades con las que jugarán.
Por ahora, sólo el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) tiene claro que su candidato a la Presidencia de la República será Andrés Manuel López Obrador y él personalmente será quién designe candidatos a las gubernaturas, Puebla no será la excepción.
Además, Morena en este momento es el favorito, porque todos los errores de la gestión peñista le favorecen y los conflictos internos de Acción Nacional, que advierten una dolorosa división que les complique sus aspiraciones de regresar a la Presidencia, abonan a su causa.
Si hoy fueran las elecciones, López Obrador sería el próximo inquilino de Los Pinos y eso no lo dudan ni siquiera sus contrincantes.
Una encuesta publicada ayer por Reforma y que fue aplicada a 500 habitantes de la Ciudad de México en forma telefónica revela:
“La mayoría de los capitalinos prevé un 2017 complicado para nuestro país y para la CDMX en varios aspectos. En el ámbito electoral, los capitalinos ven altas probabilidades de que en Coahuila y Nayarit se dé la alternancia, ya que el 50 y 46 por ciento no cree que el PRI conserve esas gubernaturas, respectivamente. Por el contrario, el 52 por ciento piensa que el partido tricolor sí retendrá el gobierno del Estado de México”.
De acuerdo con la encuesta, el 62 por ciento cree que el 2017 será un peor año para México comparado con el 2016 y 43 por ciento anticipa que su situación económica personal también empeorará este año que comienza.
Seguramente esta percepción no es muy diferente a la que tenemos en el resto de la República.
Los bolsillos son los que resentirán los aumentos que en principio son a las gasolinas y el diésel, pero se traducirá en un corto plazo en alzas en la canasta básica, luz, gas y servicios indispensables como el transporte público en las ciudades, el foráneo y el de carga.
El escenario para este 2017 que empieza es conflictivo porque se dará la lucha por el poder que antecede a 2018.
Las protestas sociales, cualquiera que sea su dimensión, le darán un toque especial hasta ahora desconocido en la sociedad mexicana porque los convocantes lo hacen a través de las redes digitales.
Lleva apenas unas horas y 2017 adelanta que será un año de conflictos para México.
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