El Banco Central de Venezuela confirmó el martes que la economía del país cayó en una profunda recesión este año, de lo cual culpó a los adversarios políticos del gobierno socialista del presidente Nicolás Maduro por dedicarse, según el reporte, a sabotear la actividad económica.
En el tercer trimestre del 2014 la economía del país registró una contracción de 2,3%, informó el BCV. Son las primeras cifras oficiales sobre el comportamiento económico de Venezuela en lo que va del año.
En el segundo trimestre se reportó una caída de 4,9%, luego de registrar una contracción de 4,8% en los primeros tres meses del año. De acuerdo con los parámetros internacionales, dos trimestres continuos con contracciones económicas apuntan hacia una recesión.
La contracción se produce en una época en que los precios internacionales del petróleo caen constantemente.
Venezuela tiene una fuerte dependencia de este energético, el cual genera cerca del 96% de los ingresos que recibe por exportaciones. La caída de precios ocurre en momentos en que el país sudamericano enfrenta una inflación galopante —la cual alcanzó en noviembre una tasa anualizada de 63,9%_, y severos problemas de escasez de productos básicos.
En alusión a las violentas protestas antigubernamentales que sacudieron Venezuela a comienzos del año y supuestos planes para desestabilizar al país, que según Maduro incluyeron el contrabando y el acaparamiento de productos esenciales, el banco central comentó que esas “acciones contra el orden nacional impidieron la cabal distribución de los bienes básicos a la población, así como el desarrollo normal de la producción de bienes y servicios. Esto se tradujo en un repunte inflacionario y en una caída de la actividad económica”.
Las protestas callejeras dejaron 43 fallecidos, unos 800 heridos y miles de detenidos, de los cuales aún permanecen arrestadas decenas de personas, según registros de la Fiscalía General.
En una rueda de prensa el martes en la noche, Maduro indicó que espera que para el último trimestre del año el producto interno bruto pueda recuperarse y se mostró confiado que en el 2015 se “recuperará”.
Comentó que su administración logró neutralizar algunos de los efectos sociales y económicos de la “guerra económica” para desestabilizar su gobierno, pero ésta “no ha sido derrotada”.
Dadas esas circunstancias el retroceso del PIB “pudo haber sido peor”, agregó el gobernante, al tiempo que indicó que el precio del barril de petróleo venezolano se ubicó el martes en 46 dólares. El descenso se traduce en una caída severa en los ingresos del gobierno, que debe atender una ingente deuda externa y ofrece una serie de programas sociales que incluyen desde capacitación laboral, viviendas, electrodomésticos y hasta ayuda en efectivo para madres solteras.
“Pese a la caída de los precios del crudo Venezuela continuará estable económicamente. Esto es una gran oportunidad”, enfatizó.
Debido a que la contracción de la actividad económica ocurre en medio de un contexto de aceleración de precios, los analistas estiman que Venezuela entró en un ciclo de “estanflación”, que implica contracción económica e inflación alta.
El informe no fue una sorpresa para los economistas, que culpan al estricto control gubernamental de divisas de ahuyentar a la inversión y provocar una escasez generalizada. En Venezuela rige un férreo control de precios y de cambio desde 2003.
Maduro anunció que establecerá un nuevo sistema cambiario, cuyos detalles serán dados a conocer en enero. Se va a “optimizar el sistema cambiario, perfeccionarlo”, aseveró.
En el país operan tres tasas oficiales: una de 6,30 bolívares por dólar; otra que se fija en el mecanismo de subastas de divisas, conocido como SICAD I, que está alrededor 11 bolívares por dólar; y la tasa del sistema llamado SICAD II, la cual se ubica en 49 bolívares por dólar.
En el mercado paralelo la divisa estadounidense se negocia a casi 28 veces la tasa oficial de 6,30 bolívares. El tipo de cambio del mercado paralelo se ha convertido en el marcador de los precios de algunos productos, lo que ha generado fuertes presiones sobre la inflación.