El diputado Éctor Jaime Ramírez Barba aseguró que ante la crisis en salud, como balance del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, en la LXVI Legislatura que está por comenzar, “en el PAN vamos a proponer un modelo de financiamiento y atención de alta especialidad que garantice la atención de cada mexicano, siguiendo el esquema del Seguro Popular”.
En un comunicado aseveró que “nuestra propuesta consiste en que, por cada persona sin seguridad social, el Estado realice una aportación fija, claramente definida por ley. Este enfoque asegura que dispongamos de los recursos necesarios para ofrecer atención médica de calidad y medicamentos ante enfermedades muy costosas, a cada niña, niño, mujer y hombre en nuestro país”.
Dijo que el PAN propone acceso a medicamentos garantizado en el sector público o que el gobierno los pague si no tiene abasto. “Buscamos garantizar el acceso a los medicamentos, y un sistema de reembolso del costo en caso de desabasto y que deban ser cubiertos por los pacientes”.
Enfatizó que “vamos a proponer las mejores iniciativas desde el Congreso de la Unión en la LXVI Legislatura” para levantar un sistema de salud que hoy está colapsado.
Ramírez Barba dijo que nuestro Sistema de Salud quedó terriblemente dañado en esta administración. “El balance del sexenio del presidente López Obrador en salud es terrible: seis años de fracasos, subejercicios, desabasto de medicamentos, crisis en vacunación, médicos en las calles y un manejo negligente de la pandemia”.
Por ello, “rechazamos el discurso triunfalista del Presidente. No logramos mejorar los servicios de salud como afirma en la presentación de su último Informe de Gobierno”.
Dijo que el Presidente “presume” un nuevo sistema de salud pública en 23 estados controlados por el IMSS-Bienestar, dice que ahora la salud es más “eficaz” y “humana”. En realidad, en esos estados falta de todo y hasta los médicos están saliendo a las calles a protestar. Las reformas al Sistema de Salud en esta administración causaron mucho dolor a los mexicanos.
Retrocedimos en 2019, con una reforma a la Ley General de Salud que desapareció el Seguro Popular para dar paso al Insabi. La cobertura de servicios de salud cayó en 30 millones, el peor desempeño del que se tenga registro. Por lo que hoy, de acuerdo con las cifras de Coneval, 50 millones no tienen acceso regular a los servicios de salud.
Dos años después, el Insabi fue liquidado por su incompetencia. Esa reforma se hizo de manera improvisada, en el PAN señalamos que había errores en la estructura y funciones del Instituto, en el nuevo esquema de compra de medicamentos, dijimos que caería la atención en el tercer nivel de atención al permitir que tomaran a capricho el dinero acumulado en el fondo contra gastos catastróficos. Y el tiempo nos dio la razón. El Insabi fue una catástrofe.
En abril de 2023, durante el “viernes negro”, en un solo día, presentaron una nueva reforma improvisada a la Ley General de Salud y la aprobaron en esa misma sesión, violando todos los procesos legislativos. Extinguieron formalmente al Insabi y se consolidó el IMSS-Bienestar.
Sin embargo, al igual que en 2019, no se planeó de manera adecuada la nueva institución. Miles de profesionales de la salud perdieron su empleo o fueron víctimas de abusos laborales con la creación del IMSS-Bienestar, les redujeron el sueldo, les quitaron antigüedad y prestaciones. Incluso, pese al discurso triunfalista del presidente, los trabajadores de la salud fueron a manifestarse a Palacio Nacional para exigir lo que les quitó el IMSS-Bienestar, pero no se ven soluciones.
El IMSS-Bienestar es una institución que se diseñó para concentrar el dinero de la salud en unas pocas manos, para quitarle a los estados sus hospitales y su nómina; para usar los recursos a capricho y sin rendir cuentas. No le interesa mejorar los servicios de salud, les interesa el control presupuestal. Prueba de ello son los 800 mil muertos en exceso de la pandemia, 300 mil atribuibles a la mala gestión del sistema de salud.
“Este gobierno ha sido un fracaso en salud”, enfatizó Ramírez Barba.
“Hoy 50 millones carecen de medicamentos y vacunas; nos quedamos sin atención médica regular para la diabetes y las enfermedades del corazón, y mucho menos contamos con tratamientos para el cáncer.
“Es indignante que se pierda el valor de la vida, al no atender la salud de quienes lo requieren. Seguimos llorando las muertes de más de 800 mil familiares y amigos por Covid-19, cientos de miles de ellas evitables, por culpa de la incapacidad y mala gestión del Gobierno Federal.
Fuimos el primer lugar mundial en fallecimientos de médicos y enfermeras, por no proporcionarles equipo de protección, ni descanso. A 5 años del inicio de la pandemia, todavía seguimos con un sistema de salud en ruinas; con los hospitales cayéndose y con el peor desabasto de medicamentos de la historia.
“Los funcionarios del sector salud de este gobierno abandonaron el programa preventivo más eficaz para la infancia: la vacunación universal. Dejan a nuestras niñas y niños en riesgo de contraer enfermedades ya superadas en décadas pasadas. La cobertura de vacunación de los niños menores de 2 años, contra sarampión, tétanos, polio, hepatitis y otras enfermedades potencialmente mortales, está en 26 por ciento, antes de este gobierno superábamos el 90 por ciento.
“Con este gobierno, la población tiene miedo de caer en la pobreza por asumir gastos imprevistos en salud. Los derechohabientes del IMSS, que debieran recibir sus medicamentos gratuitamente, gastan en promedio 5 mil 350 pesos al año para adquirirlos en farmacias privadas, se afecta el gasto familiar en otros rubros como educación o vivienda.
“Es inaceptable que el Presidente cínicamente afirme que, antes de irse, entregará el mejor sistema de salud del mundo, mejor que el de Dinamarca. Cuando 45 millones de recetas no fueron surtidas y su respuesta frente al desabasto sea una inútil megafarmacia; en lugar de comprar los medicamentos con transparencia y contar con un buen sistema de distribución eficaz”.
Ramírez Barba dijo que es intolerable que se roben el dinero para la salud. “Solamente en 2023, el sector salud sufrió una disminución criminal en los recursos públicos aprobados para garantizar servicios de calidad. En total, se esfumaron 60 mil millones de pesos en el conjunto de instituciones de salud. Tan sólo al programa de vacunación le quitaron 11 mil millones el año pasado”.
La suma de todo el dinero que ha tenido este gobierno criminal para el sector salud en el sexenio, superan los 4.5 billones de pesos: el mayor presupuesto de la historia, con los peores resultados, dijo.
El gobierno de López Obrador hizo 20 millones menos de estudios de laboratorio clínico y dejó sin cirugía a 500 mil personas.
“Incluso, la propuesta del Presidente que reforma el artículo cuarto de la Constitución Política presentada el pasado 5 de febrero, que pretende establecer una cobertura universal de salud, se queda corta en su alcance y factibilidad. Es preocupante observar que, a pesar de las promesas de ampliación en la cobertura, no se establecen mecanismos claros de financiamiento y atención a la salud, principalmente en el tercer nivel de atención, donde hoy no hay recursos”.
La propia Secretaría de Hacienda y Crédito Público en su estudio sobre impacto financiero que acompaña a la propuesta de reforma al artículo 4 constitucional, dice que dicho proyecto no genera gastos, no tiene impacto en los programas, no tiene destino específico de gasto y no genera nuevas atribuciones. “En conclusión, la reforma es puro humo y no sirve para nada”, remató Ramírez Barba.