Los cómplices de Joaquín El Chapo Guzmán que lo ayudaron a fugarse de El Altiplano, conocían a la perfección las características de la construcción del Centro Federal de Readaptación Social (CEFERESO) y presuntamente contaban con planos del inmueble.
El túnel por el que se escapó el narcotraficante tiene dos desviaciones y un descenso lo suficientemente profundo como para pasar por debajo de las áreas de patio y varios módulos de internamiento.
El pasadizo es tan preciso que se abre exactamente en el piso de la regadera de la celda número 20, la última de la torre de máxima seguridad, en donde estaba recluido Guzmán Loera.
El líder del Cártel de Sinaloa se habría quitado el brazalete de monitoreo y lo dejó ahí en la regadera. Además, la cámara de videovigilancia “estaba ciega” en ese momento preciso.
Por tanto, ahora las autoridades investigan si algún funcionario de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) o del Sistema de Prevención y Readaptación entregó los planos del penal a los abogados de El Chapo.
En 2002, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) señalaba que este penal de El Altiplano, “es el lugar más confiable para evitar fuga de reos”. La prisión obtuvo una calificación de 8.64, la mayor de todas.