Padres de los Avispones de Chilpancingo acusaron que se han olvidado de que en los hechos ocurridos la noche del 26 de septiembre del 2014, en que desaparecieron 43 normalistas de Ayotzinapa, también murió un jugador del equipo y el chofer del autobús.
Los Olvidados de la Noche Trágica de Iguala, como se ha llamado al grupo que formaron, recordaron que la noche del 26 de septiembre el autobús en el que viajaban fue atacado a balazos cuando circulaba por la carretera federal Iguala-Chilpancingo, a la altura del crucero de Santa Teresa.
Como saldo del ataque murió un jugador, el chofer del equipo, y resultaron lesionados otros 12 pasajeros.
Uno de los entrenadores del equipo se confrontó con varios hombres ataviados con chaleco antibalas, armas largas, pantalón de policía y botas, quienes dispararon en varias ocasiones contra el camión en que viajaba el equipo, hiriendo mortalmente a un jugador, al conductor de la unidad, y lesionando a otros más.
Los gritos de aquella noche, según lo narró el entrenador, fueron de parte del equipo para pedir clemencia, mientras que los gatilleros gritaban amenazas y reclamos al aparentemente haber errado el objetivo. Probablemente ambas causas salvaron a los Avispones de morir esa noche.
A casi un año de los hechos, los padres de familia y entrenadores del equipo reprochan que el único foco de atención en los hechos de Iguala sea la desaparición de los normalistas, hecho que sucedió la misma noche del ataque al camión de los futbolistas.
Reclaman los padres de las víctimas y de los heridos el olvido del hecho al tiempo de exigir la atención personalizada del presidente Enrique Peña Nieto para que lo sucedido en la carretera Chilpancingo-Iguala sea aclarado.
El grupo de padres y sus voceros, señalaron que no pretenden pedir que se le dé más importancia a una tragedia o a otra, solo quieren un trato igualitario.