Sigmund Freud dijo que “Infancia es destino” y los jugadores que han sido protagonistas en la cancha lo demostraron. No hace mucho tenían el mismo sueño en común: ser estrellas de futbol. Y todos lucharon hasta el final por conseguirlo. La pelota fue su cómplice inseparable y les dio día día esa sonrisa entusiasta que se necesita para romperla. Algunos pícaros, traviesos, alegres, tercos, insaciables; otros ingenuos, llorones, berrinchudos porque no metían goles y siempre persistentes… pero sobre todo con ADN futbolero. Todos tuvieron una infancia que nunca olvidarán. Y hoy, en el día del niño, recordamos a algunos de ellos, cuando daban pinceladas de crack. ¡Feliz día del niño!