Dado que los chicles ya mascados representan una fuente de contaminación peor que las colillas de cigarro al ser 10 veces más difíciles y caros de eliminar, una compañía de Holanda decidió convertirlos en tenis.
Para evitar que las personas los tiren en el piso, Gumbudy instaló tableros en distintos puntos de Ámsterdam, Róterdam y otras ciudades para que allí los peguen.
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Todos los chicles usados se convierten en “Gumshoe”, el primer calzado del mundo hecho a base de chicles recabados en las calles, que llevan un mapa de Ámsterdam en la suela.
La compañía se alió con el Gobierno de Holanda, luego de que este reportada que al año se recogen 1.5 millones de kilos de chicle mascado de las calles, tardando cada uno entre 20 y 25 años en biodegradarse.
Con información de: El País