El Pueblo de Tepexi de Rodríguez, ubicado en las tierras áridas de la región Mixteca, a 90 kilómetros de la ciudad de Puebla, resguarda el Museo Regional Mixteco-Tlayúa, dependiente del Instituto de Geología (IGL) de la UNAM. Ahí, sus visitantes pueden sumergirse en el tiempo geológico profundo y conocer las formas de vida del pasado.
Este museo, inaugurado en septiembre de 1989, el recinto universitario permite emprender un viaje para contemplar restos fosilizados de organismos que habitaron el mar que hace 100 millones de años cubrió ese territorio, así como de las plantas que ahí formaron bosques hace 30 millones de años, incluso de la megafauna que probablemente convivió con los primeros humanos que habitaron la región Mixteca.
A mil 750 metros sobre el nivel del mar, la recién renovada sala Shelton Applegate de este museo, nombrada así en honor del investigador del IGL que pasó sus últimos días impulsando los estudios paleontológicos en Tepexi, expone material paleontológico recuperado en la cantera Tlayúa, explotada por sus dueños, la familia Aranguthy Contreras, y que recibe ese nombre de la barranca en la que se ubica.
Desde 1959, los Aranguthy extraen lajas rojizas de roca caliza; un día descubrieron que tenían esqueletos de peces y otros animales, extraordinariamente bien conservados. Don Miguel, padre de la familia, intuyó que esos objetos poseían valor científico, y su espíritu altruista le dictó que esos tesoros paleontológicos le pertenecían a la nación.
El IGL se comprometió a emprender estudios geológicos y paleontológicos en la región Mixteca en torno a Tepexi de Rodríguez, y lograron identificar fósiles de flora y fauna de tiempos menores a 100 millones de años, que representan conjuntos de organismos que vivieron en tierra firme.
En esa cantera se conservan organismos marinos como peces, estrellas de mar, gusanos, caracoles, amonites, algas y microorganismos, pero también continentales como insectos, plantas, cocodrilos, tortugas y pterosaurios.
Actualmente, la Colección Nacional de Paleontología, incorporada al IGL, resguarda un acervo de más de ocho mil piezas fósiles de la cantera Tlayúa, de las cuales sólo es posible exponer una mínima parte.
Con información de DGCS UNAM
Redacción de Ariadna Jeronimo