El público británico tuvo la oportunidad de adentrarse en la complejidad del mundo maya, a través de un simposio que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) organizó para complementar la apertura de la magna muestra Mayas. Revelación de un tiempo sin fin, que se presenta en el World Museum, el más antiguo de esa ciudad inglesa.
Tras recorrer la exposición que reúne cerca de 400 piezas arqueológicas que concentran aspectos tan esenciales de esa civilización, entre ellos: el tiempo, el urbanismo, la guerra, la religión, la agricultura y las dinastías como símbolo del poder deificado, el público encontró un panorama más amplio sobre esa cultura al acudir a este encuentro académico que contó con las voces de investigadores que trabajan en el área.
El coloquio, realizado en la Walker Art Gallery, incluyó ponencias en torno a tres regiones del área maya con el propósito de abarcar el devenir de varios sitios; historia que en la mayoría de ellos se desarrolló durante el periodo Clásico —lapso que abarcó aproximadamente ocho siglos, entre 150 y 900 d.C.—; aunque algunos se mantuvieron inclusive hacia la época de Contacto con los españoles.
El arqueólogo Daniel Juárez Cossío, curador de la Sala Maya del Museo Nacional de Antropología, fue el encargado de abrir la mesa dedicada a Los mayas de Chiapas, con una presentación sobre la antigua urbe de Yaxchilán, en la cuenca del río Usumacinta, cuya historia ha podido descifrarse en parte por la cantidad de dinteles, alrededor de 60, con escritura jeroglífica que conserva.
Recientes investigaciones que permitieron identificar el glifo emblema de la ciudad determinaron que este sitio, que atrajo a exploradores como Alfred Maudslay, Desiré Charnay y Teobert Maler, debió llamarse Pa’ Chan, que en maya significa Cielo hendido o Cielo partido.
El maestro Daniel Juárez, quien trabajó en esta zona arqueológica en los años 80, detalló que Yaxchilán (Piedras verdes, en maya) estuvo habitada por más de un milenio, comenzando como una pequeña aldea 300 años antes de nuestra era, hasta alcanzar su apogeo en el Clásico Tardío (600-900 d.C.) como una poderosa y compleja ciudad que interactuó con otros sitios en una amplia región.
Dentro de esta misma mesa dedicada a los mayas de Chiapas, el doctor Rodrigo Liendo abundó sobre la región de Palenque. Destacó que esta mítica ciudad se construyó en una meseta estrecha rodeada de montañas, acantilados profundos y ríos que limitaban el terreno habitable.
Los urbanistas palencanos emplearon un área de aproximadamente 220 hectáreas para desarrollar una ciudad en un lugar privilegiado, protegido en su flanco sur por un terreno elevado y al norte por un acantilado, lo que da un sistema defensivo natural y que permitía dominar las planicies del hoy estado de Tabasco.
El investigador del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM comentó que tres características medioambientales de la región son importantes para entender a la antigua Palenque: su ubicación privilegiada respecto a numerosas fuentes de agua, la proximidad a una extensa franja de tierras de cultivo y las posibilidades defensivas, de transporte y de espacio para su crecimiento a lo largo de varios siglos de ocupación.
La observación astronómica desarrollada por los mayas fue tratada por el doctor Ivan Šprajc en la mesa Los mayas de las Tierras Bajas y la Costa. Los conocimientos de esta civilización están plasmados no sólo en su intrincado sistema calendárico y los textos jeroglíficos, conservados en manuscritos y monumentos de piedra, sino en las orientaciones en la arquitectura monumental, dijo.
“Los templos piramidales, los palacios residenciales y los edificios administrativos estaban orientados, en su mayoría, hacia los puntos de salida y puesta del Sol en ciertas fechas, pero también hay alineamientos hacia los extremos de Venus y de la Luna”, detalló el director del proyecto Reconocimiento Arqueológico en el Sureste de Campeche, avalado por el INAH.
Los estudios arqueoastronómicos de la arquitectura revelan el papel que tenían los conceptos derivados de la observación del cielo en la programación del ciclo agrícola, en el diseño arquitectónico y la planeación urbana, así como en la religión y la ideología política de las sociedades mayas, concluyó el experto.
Bonampak y su entorno; Edzná, una antigua ciudad maya; Los mayas de la Costa; Los mayas del norte de Yucatán, así como Uxmal y Kabah: dos sitios del Clásico Tardío, fueron las ponencias dictadas por los especialistas del INAH: Alejandro Tovalín, Antonio Benavides, Adriana Velázquez Morlet, Tomás Gallareta y Lourdes Toscano Hernández.
El Coloquio Mayas. Revelación de un tiempo sin fin arrancó las actividades paralelas a esta magna exposición que se enmarca en el Año Dual México-Reino Unido, y que se extenderán hasta el cierre de la exhibición, el 18 de octubre.
Información de: INAH
Imagen de: INAH