A una pareja de Estados Unidos y su hija adolescente con autismo, se les pidió bajar del avión en que volaban, de la aerolínea United Airlines, después de que el piloto le dijo a la chica que le hacía “sentir incómodo”, por lo que hizo una parada de emergencia.
Donna Beegle regresaba con su familia de un viaje a Walt Disney World (de Houston a Portland), cuando su hija Juliette se puso nerviosa al tener hambre.
La única comida caliente disponible era para los pasajeros de primera clase, y la azafata le dijo a la Sra. Beegle que no podía hacer una excepción, incluso si ella pagara.
Fue cuando la Sra. Beegle explicó que si su hija no recibía una comida caliente, podría “llegar a explotar” y tal vez rasguñar a alguien. Fue así cuando recibió una bandeja con la cena, comió y se mantuvo en calma.
Después de hora y media, la Sra. Beegle se enteró de que el avión estaba realizando un aterrizaje de emergencia en Salt Lake City (Utah), cuando en el altavoz del avión alguien dijo: “Tenemos un pasajero a bordo con problemas de conducta”.
Unos policías entraron al avión en Salt Lake City y sacaron a la familia de la nave, narró Beegle en entrevista con la estación de NBC en Portland, Oregon.
“Como madre, eso me dejó destrozada”, dijo.
“Juliette ha volado desde que tenía seis meses de edad”, explicó Beegle en su cuenta de Facebook. “Ha estado en cinco países, en 24 estados, y nunca nos ha ocurrido algo como esto”.
En una declaración oficial, United Airlines dijo lo siguiente: “Los empleados tomaron la mejor decisión en consideración de la seguridad y la comodidad de todos los clientes y decidió desviar el avión a Salt Lake City una vez que la situación se hizo disruptiva”.
Beegle dijo que ha presentado su queja ante la Administración Federal de Aviación y que planea demandar a United pero no por dinero sino para conseguir que “el personal de la aerolínea reciba entrenamiento”.
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