El número de fallecidos en este ataque talibán a una escuela militar en la ciudad noroccidental de Peshawar asciende ya a 135 personas.
El ministro de Información de la provincial, Mushtaq Ghani, dijo que la inmensa mayoría de las víctimas eran estudiantes de la escuela militar, donde acudían niños y adolescentes de entre primaria y secundaria.
Dicho episodio, obra de un número relativamente pequeño de milicianos del grupo talibán Tehreek-e, un grupo armado paquistaní que trata de derrocar al gobierno, también envió decenas de heridos a los hospitales locales, mientras padres aterrorizados buscaban a sus hijos.
“Mi hijo estaba vestido de uniforme esta mañana. Ahora está en un ataúd”, se lamentó un padre, Tahir Ali, cuando llegó al hospital a recoger el cuerpo de su hijo de 14 años, Abdulá. “Mi hijo era mi sueño. Han matado a mi sueño”.
El ataque comenzó por la mañana cuando los hombres armados entraron en la escuela —un centro gestionado por el ejército con estudiantes de entre primaria y secundaria— y dispararon al azar, indicó el policía Yaved Jan. Comandos militares llegaron pronto al lugar e intercambiaron fuego con los asaltantes, señaló.
Imágenes de la televisión paquistaní mostraban a los estudiantes, vestidos con sus uniformes verdes, huyendo del lugar.
Fuera de la escuela se oyeron disparos junto con una fuerte detonación de origen desconocido. Los detalles sobre la situación eran contradictorios en medio de la abrumadora tragedia. La televisión paquistaní mostró a soldados rodeando el lugar y alejando a la gente. Las ambulancias acudían al lugar desde los hospitales de la ciudad.
Pervez Jattak, ministro responsable de la provincia donde se registró el ataque, dijo que aún se estaban produciendo combates en algunas partes de la escuela. El ministro dijo que todos los muertos eran “niños”, pero fuentes hospitalarias habían dicho antes que al menos una de las víctimas era un profesor, y que había un soldado entre los muertos.
No estaba claro en un primer momento cuántos alumnos y empleados seguían dentro del recinto. Un estudiante que escapó y un agente de policía en el lugar dijeron que en un momento dado hubo en torno a 200 alumnos como rehenes. Ambos declinaron dar sus nombres porque no estaban autorizados a hablar sobre la situación.
Uno de los estudiantes heridos, Abdulá Yamal, dijo que estaba con un grupo de adolescentes que estaban recibiendo instrucción y formación de primeros auxilios con un grupo de médicos del ejército paquistaní cuando estalló la violencia.
Yamal, que recibió un disparo en la pierna, dijo que cuando comenzaron los disparos nadie sabía que estaba pasando.
“Entonces vi niños cayendo que lloraban y gritaban. Yo también caí. Después supe que me había dado una bala”, dijo desde su cama de hospital.
Otro alumno, Amir Mateenn, dijo que habían cerrado una puerta desde dentro cuando oyeron disparos, pero que los atacantes habían derribado la puerta y disparado de todas formas.
La escuela se encuentra al borde de un acantonamiento militar en Peshawar, pero la mayoría de los estudiantes son civiles.
Las primeras noticias sobre el número de atacantes divergían, pero todas las estimaciones apuntaban a un número relativamente pequeño de personas.
El portavoz talibán Mohamed Jurasani reclamó la responsabilidad del ataque en una llamada a los medios, diciendo que seis atacantes suicidas habían realizado el asalto en represalia por la muerte de talibanes a manos de las autoridades paquistaníes.
Sin embargo, el ministro señaló que había ocho atacantes, vestidos con ropa militar. Dos murieron abatidos por fuerzas de seguridad y otro se inmoló, dijo Jattak. Los demás seguían luchando.
El ejército paquistaní lanzó en junio una amplia operación militar en la zona tribal de Waziristán del Norte, prometiendo que perseguiría a todos los grupos milicianos operando en la zona. Al lanzar la operación, civiles y fuerzas de seguridad temieron una represalia de los milicianos atacados, pero hasta el martes no se había producido una gran operación de venganza.
Fuente de información: Agencias y BBC