La Asamblea General de Naciones Unidas aprobó hoy una resolución presentada por México para crear un grupo de trabajo abierto a la sociedad civil, encargado de sustentar los fundamentos de un acuerdo que prohíba el armamento nuclear en el mundo.
La propuesta, aprobada por 138 votos a favor y con el voto en contra de los Estados con armas atómicas, establece que el grupo, compuesto por gobiernos y por organismo civiles y dependencias de la ONU, se reúna en la ciudad suiza de Ginebra a principios del siguiente año.
El esfuerzo de México sigue a la Conferencia de Revisión del Tratado de No Proliferación Nuclear, organizada en mayo pasado y considerada de manera unánime como un fracaso por la falta de acuerdo para emitir un documento final.
Sin embargo, la reunión generó la “Promesa Humanitaria” de 121 gobiernos que se comprometieron a prohibir el armamento atómico, al indicar que los efectos de una detonación atómica son mayores que en el pasado y “amenazan potencialmente la supervivencia de la humanidad”.
La “Promesa Humanitaria” cambió el paradigma de la discusión sobre desarme nuclear, al enfatizar el peligro existencial que supone esta clase de armamento, y sobre ello, México basó su propuesta de impulsar nuevas rondas de negociaciones en torno a la no proliferación.
La resolución aprobada resaltó que “el panorama internacional actual hace que cada vez sea más urgente” impulsar en el ámbito político las cuestiones de desarme y no proliferación, la promoción del desarme multilateral y el modo de avanzar hacia “un mundo sin armas nucleares”.
El documento destacó además la “urgencia de que las negociaciones multilaterales de desarme nuclear avancen de forma sustancial”, para lo que estableció el “grupo de trabajo de composición abierta”.
Este grupo tendrá como objetivo abordar de manera sustantiva la cuestión de “las medidas, disposiciones y normas jurídicas eficaces y concretas que será necesario adoptar para establecer y mantener un mundo sin armas nucleares”, indicó la resolución.
Beatrice Fihn, directora ejecutiva de la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN), celebró la resolución y opinó que podría sentar las bases para un acuerdo de no proliferación atómica.
Fihn explicó que el grupo de trabajo que se reunirá en Ginebra no estará sujeto a las reglas de la Conferencia de Revisión de la ONU, que establece que los documentos finales deben ser aprobados por consenso, ni los Estados tendrán poder de veto sobre lo negociado.
Debido a este mecanismos de trabajo, el grupo que se reunirá en Ginebra tendrá la capacidad de crear un documento que contenga los elementos para prohibir las armas nucleares, incluso si los Estados con estos pertrechos no participan en estas negociaciones.
“Las armas nucleares son inaceptables desde una perspectiva humanitaria. Todos los gobiernos deben participar constructivamente en este proceso para prohibirlas”, enfatizó Fihn.