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Viernes, 21 Agosto 2015 17:47

5 Formas de hacer que todos te odien

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No sabíamos que enfurecer a los demás era tan fácil.

¿Te ha pasado que tus amigos, colegas, o conocidos se enojen contigo sin una razón aparente? ¿Puede ser que te hayas dicho a tí mismo que seguramente fue por que son muy sensibles y no tienen derecho a ofenderse porque no les has hecho nada?

El psicólogo David Wong cree que ese tipo de comportamiento siempre tiene una razón. Resulta que es posible insultar profundamente a una persona y ni darse por enterado. ¿Quieres saber los detalles? Aquí te los contamos:

5. Guardas silencio y por lo tanto, ignoras.

Para aquellas personas cuyo fuerte no es la comunicación con otras personas, el silencio es la opción perfecta. Si eres una persona introvertida lo que más deseas es que los otros se callen y estás dispuesto a hacerles el favor de callarte tu también; por eso al encontrarte con un colega en el centro comercial prefieres pasar de largo y no gastar ni tu tiempo ni el de él en una conversación sin sentido. Y lo más probable es que luego de pasar escuches “¡pero qué canalla es!“.

¿Cuál es el problema?

Este es el error de comunicación que encuentro con mayor frecuencia. No reaccionas a la invitación a la fiesta, no respondes a los mensajes llenos de emoticones, no les deseaste un feliz cumpleaños, y ahora ellos están molestos y tú confundido ¿quién podría pensar que guardar silencio puede ser una ofensa?

Muchas personas piensan así y para ellos el silencio es una ofensa, una de las peores que te puedas concebir.

Imagínate: has enviado tu currículum a un nuevo trabajo. ¿qué es mejor? ¿recibir un mensaje diciendote que no te aceptaron o no recibir nada? Por supuesto que el hecho de que te hayan rechazado está mal pero la ausencia de un mensaje daría la impresión de desinterés y negligencia, y eso es mil veces peor. Muchas personas toman de la misma manera tu indiferencia.

Recuerda el dicho ”Lo contrario al amor no es el odio sino la indiferencia“

Por eso ten presente...

Todo es cuestión de poder

Las personas con las que te niegas a comunicarte piensan que de esa manera les estás mostrando tu superioridad sobre ellos y si antes te parecía extraño que alguien pudiera considerar la interacción diaria como una lucha por el poder, te felicito, hoy has descubierto algo muy importante en el mundo: Eso existe.

4. Mostraste tu superioridad.

Imagínate esta situación: el fin de semana llevaste a una chica muy linda a un restaurante a las afueras de la ciudad pero cuando llegó la hora de llevarla a casa tu automóvil se averió, tuviste que llamar para que vinieran a llevárselo y pagar el arreglo pero ella estuvo contigo todo el tiempo e incluso se quedó contigo en tu casa, aparentemente todo va muy bien entre los dos.

El lunes, tu, ni corto ni perezoso le cuentas tu historia a uno de tus colegas mientras ambos se preparan un café, pero por alguna razón desconocida él empieza a evitarte después de ese momento y tú, sinceramente, no sabes el por qué.

¿Cuál es el problema?

Le has demostrado tu superioridad, aún cuando lo hiciste sin intención. Esa es una de las cosas malas que hacemos sin querer.

Le has contado tu historia del restaurante, de la chica, el automóvil averiado y la costosa reparación a una persona que hace dos años no tiene novia, vive a las afueras de la ciudad con su mamá que es inválida, gasta casi todo su dinero en medicinas y médicos para ella, y para venir al trabajo tiene que tomar dos autobuses.

Él tomó tu historia como un banal intento de jactarte, mostrar lo feliz que eres, a diferencia de él.

Por eso ten presente...

Siempre pasa igual, uno de los dos interlocutores será más atractivo, más exitoso, más inteligente y ambos lo sabrán pero ninguno de los dos tiene derecho de mencionarlo.

Para muchos de nosotros la inseguridad en nuestro propio “campo” es una herida abierta, por eso para mantener una comunicación exitosa aquel que se encuentra “más alto“ debe disminuír sus cualidades (ser modesto). ¿Te has fijado como las actrices más bellas dicen constantemente que salen mal en las fotos?

La trampa está en que con frecuencia ni nos damos cuenta que tenemos algo de ”superioridad“ en algún aspecto frente a los demás. Es imposible saber que una persona tiene una “herida abierta” en algún lugar.

Recuerda que el hecho de haber ofendido a alguien aunque sea sin querer no cambia nada, cualquier interacción con una persona que cause la reducción de su autoestima es un arma que apunta en tu dirección.

3. Piensan que les debes.

¿Te ocurrido que después de terminar con tu ex-pareja él o ella repetía patéticamente ”Cómo me puedes hacer esto a mi despues de todo lo que he hecho por tí“?

O ¿te niegas a hacerle un favor a un amigo o colega por una razón que te parece muy respetable (como por ejemplo no poder ayudarle a mudarse porque ese día debes trabajar) y después descubres que esa persona está profundamente ofendida?

¿Cuál es el problema?

Hay una gran probabilidad de que se hayan enojado contigo porque tu te negaste a regresarles el favor que no tenías ni idea que te habían hecho. Este extraño patrón está presente en la mayoría de las relaciones: en algún momento ambas personas empiezan a pensar que la otra le debe algo.

Eso ocurre en muchas familias que son literalmente infelices, la mujer piensa: ”este hombre era un pobre perro solitario antes de que yo lo encontrara y quién sabe donde estaría de no ser por que lo salvé“, y mientras tanto el esposo cree “Soy yo quien trae el pan a esta hogar, le he dado una casa, de no ser por mí, de seguro estaría metida con algún idiota quién sabe en qué lugar”. Cada uno piensa que es el martir de la relación que está dispuesto a todo por la otra persona, que es una desagradecida.

También puede ocurrir en tu lugar de trabajo: cada departamento piensa que es gracias a su heróica labor que la compañía sigue a flote, el jefe piensa que es él quien alimenta a un montón de vagos, los trabajadores están sorprendidos y ofendidos cuando la dirección de la empresa frivolamente anuncia despidos, y los directivos se sorprenden y resienten al saber que uno de sus obreros renuncia a su puesto de trabajo sin explicar las razones.

Por eso ten presente...

Lo que la otra persona desesperadamente quiere en cada caso es que tu saldes la deuda que tienes con él, porque eso es, una vez más, su poder sobre ti (¿quién tiene más poder, el banco o quién pide el préstamo?). Aún así él o ella no puede explicar por qué siente que tu eres su deudor, esa persona sencillamente se enoja porque tu te niegas a “pagar“. Esa es una razón casi obvia de por qué la gente se ofende ”sin razón aparente”.

2. Los haces perder el tiempo.

Un buen día decidiste enviarle un mensaje de correo electrónico a tu jefe con una pregunta sencilla o con un par de ideas pero por alguna razón él se enfureció ¡ah pedazo de engendro!“

Después, por la noche espontáneamente decidiste pasar por la casa de un viejo amigo para charlar un poco pero el muy infeliz no estaba nada contento de verte e intentaba de todas las maneras hacerte enteder que ya era hora de irte ¿por qué?

O, por ejemplo, entras al muro de facebook de un conocido y le dejas un sentido mensaje de felicitación por su cumpleaños y él ni se digna a responder ¿qué presentación tiene eso?

¿Cuál es el problema?

Lo más probable es que ya sepas de qué se trata: El jefe estaba demasiado ocupado porque de hubo una situación inesperado en el trabajo, tu amigo debía preparar la cena y luego terminar de revisar unos documentos y no tenía tiempo para escuchar tu historia acerca de lo bien que lo pasaste anoche viendo ”The Big Bang Theory" y bebiendo cerveza. Y el último chico recibió otras cien felicitaciones igual de sentidas y sencillamente no respondió a todas y cada una, porque eran muchas.

No se trata de que quisieran demostrar con ira su superioridad sobre tí “Mírame soy tan importante y ando tan ocupado que tú eres el último insecto en la fila para verme”. Por el contrario, ellos se sienten indefensos porque te estás convirtiendo en una de las personas que intentan robarles su ya escaso tiempo. Y es precísamente por eso que se enojan contigo; por supuesto que puedes decir: “el estar ocupado no es un motivo de peso para comportarse como un imbecil“. Así mismo un millonario podria decirle a un habitante de la calle que acaba de perder su último par de zapatos que ese no es motivo para sentirse mal.

Te voy a contar un poco de mí. Mi último artículo reunió 6 millones de vistas y casi cada una de esas personas me dejó un comentario, me envió una carta, un mensaje a Facebook, a Twitter o incluso a mi teléfono, y me vi obligado a decepcionar a la mayoría de ellas aunque sé que esperaban mi ayuda.

Y ahora que alcen la mano los que en realidad sienten pena por mí. Eso pensé, casi nadie. Ahora estás molesto conmigo porque piensas que yo vengo a jactarme como en el cuarto punto (soy tan reconocido que soy la estrella de las estrellas). Y ahí está el veneno: no existe una forma adecuada de explicarle a otra persona que no tienes tiempo para ella. Una situación así siempre supone que tienes asuntos más importantes que ella y prácticamente no hay forma de quedar bien parado en ese caso.

Por eso ten presente...

La persona que está tan callada contigo o que ignora tus llamadas está en un callejón sin salida. Lo que tu percibes como arrogancia y como una demostración de superioridad de su parte, él lo ve como impotencia de hacer todo lo que se le pide y responder adecuadamente.

Recuerda que tú eres sólo uno de los eslabones de la cadena de interacciones con otras personas. Por eso ten presente que siempre tendrás que pagar (de una u otra manera) por importunar, incluso si te parece que no lo haces y no debes nada.

1. Crees que todos están bien como están.

Este es quizá el punto que nos puede tocar a todos y cada uno. Es un problema que puede aparecer entre vecinos de habitación, amigos, esposos y hasta pueblos enteros.

En la oficina por ejemplo aparecen nuevas directrices que aparentemente no tienen ninguna razón de ser como por ejemplo ”A partir de hoy nadie puede regular la temperatura del aire acondicionado sin antes pedirle permiso al jefe“.

O tu novia decide que el viernes ya no será “tarde de pizza” aunque ya hace año y medio que lo hacen y no se había quejado. Y piensas: todo iba muy bien, el sistema funcionaba como debía y de repente aparecen estas peticiones absurdas; luego dices algo muy parecido a:

¿Para qué agitar el barco ahora que todo estaba tan bien?

¿Por qué se queja si siempre habíamos hecho eso?

Yo no tengo ningun problema, eres tú quien está gritando.

¿Cuál es el problema?

Analicémos un ejemplo sencillo: En muchas familias jovenes aparece el así llamado “conflicto por el asiento del inodoro“. La razón es que el hombre ignora por completo las necesidades de la mujer; no es que quiera hacer algo para empeorar la vida de su pareja o siente odio por ella ni nada por el estilo. Para el hombre el asiento del inodoro está donde debería estar (siempre abajo) y todo está bien pero la mujer piensa y siente algo completamente diferente.

Y de repente te encuentras en un arduo conflicto sin siquiera sospechar que lo es. No le prestarás atención hasta que sea demasiado tarde; es algo tan cierto que los gobiernos de países enteros se han visto afectados por situaciones análogas.

Otra vez te cuento un poco de mi: Siendo cristiano pensé por mucho tiempo que el cristianismo era la norma, y para mi el mundo se dividía en cristianos y bichos raros. Quedé impactado cuando en la facultad me encontré que algunas personas se ofendieron cuando les dije que su recuperación después de una cirugía había sido ”un milagro”. “No es así, fue el resultado de una rehabilitación larga y traumática, del trabajo de médicos y la ayuda de mis padres devotos que trabajaron muchas horas extras para pagarlo todo”- dijeron ellos. “Si, claro, y váyanse al diablo hippies ateos“ -pensaba riéndome.

Pero al fin de cuentas así sucede en todas las esferas de la vida; cuando aparece un problema social que debe ser solucionado siempre hay un grupo de personas como yo que están sorprendidas de que haya otros que no estén de acuerdo con el orden actual de las cosas. ”No queremos ofender a nadie, sólo queremos que todo se quede como está”- esa es la justificación habitual del primer tipo de personas.

Por eso ten presente...

Estar del lado equivocado del conflicto es mucho más fácil de lo que crees. Te gusta estar en casa los fines de semana pero tu novia prefiere salir a divertirse: después de un año de intentar todo lo humanamente posible para sacarte del sofá, ella se rinde pero tu piensas que la relación al fin va por un buen camino; mientras tanto ella está analizando cuál será la mejor manera de terminar contigo sin causarte mucho dolor. “¿pero por qué si todo iba tan bien?”.

Si, todo iba muy bien, para ti. Tú no notaste tu superioridad porque eso es algo normal en el poder: la persona poderosa (en uno u otro aspecto) siente que no hay nada de extraoridnario, pero el resto de las personas que hacen parte de la interacción social con ese individuo no están de acuerdo.

De todas las trampas de la lista esta es la peor porque puedes hacer que los demás te odien sin siquiera sospecharlo. Para evitarlo hay que estar vigilantes constantemente; es dificil pero la cantidad de personas que te griten o se enfaden contigo se reducirá notablemente.

 

 

Información:genial.com

Imagen: lamenteesmaravillosa.com

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