¿Qué sería de las despedidas cinematográficas clásicas en una estación de tren sin una densa nube de humo? Es indudable que las locomotoras de vapor son un elemento icónico que, además, ejercieron de punta de lanza en la primera revolución industrial.
Es una realidad que hace tiempo quedaron obsoletas y se sustituyeron por nuevos modelos, primero diésel y después eléctricos, hasta llegar a los modernos trenes de alta velocidad y la tecnología de magneto-levitación.
Sin embargo, una nueva generación quiere volver a escupir vapor de agua en sus trayectos. Este es el proyecto tecnológico llevado a cabo por el fabricante de trenes francés Alstom en colaboración con la empresa británica Eversholt Rail para adaptar trenes antiguos y dotarlos de una propulsión a hidrógeno.
Y esto será, precisamente, en la cuna del tren de vapor, donde Richard Trevithick construyó la primera máquina de su tipo allá por 1804.
Breeze
Bajo el nombre de “Breeze” (brisa en inglés), el consorcio planea reconvertir las locomotoras de clase 321 utilizadas en el Reino Unido para que operen como unidades múltiples de hidrógeno (HMU, por sus siglas en inglés). Con este innovador proyecto, se pretende crear un tren limpio, libre de emisiones de dióxido de carbono, y que preste servicio en las actuales líneas sin electrificar.
Otra de las ventajas de los nuevos motores es que, además de poder integrarse en locomotoras antiguas, ofrecerán mayor espacio para los pasajeros, ya que los tanques de hidrógeno irán instalados en la cabecera y en el tercio de cola.
Con esta innovadora tecnología, que ofrece desplazamientos cómodos y silenciosos, estos trenes podrán alcanzar velocidades de hasta 145 kilómetros por hora. El acuerdo incluye la adaptación de un centenar de locomotoras que empezarán a operar a principios de 2021.
En la actualidad, menos de la mitad del ferrocarril británico está electrificado, lo que implica el uso de máquinas diésel en gran parte de las líneas. El objetivo del gobierno del país es erradicar esta tecnología por completo para el año 2040 y seguir contribuyendo a la disminución de la contaminación.
No obstante, el Reino Unido no es el único país que está apostando por este nuevo sistema. El año pasado entraron en servicio los trenes de hidrógeno Coradia iLint de Alstom en Alemania, donde ya operan a diario transportando viajeros de forma limpia y sostenible.