Los Indios de Cleveland se mantuvieron una jornada más en plan triunfador y con la blanqueada de 2-0 a los Tigres de Detroit ampliaron a 20 partidos consecutivos que lograron la victoria.
Con cada triunfo, los Indios están más cerca de hacer historia porque caminan hacia un antiguo y extraño récord impuesto hace 101 años.
Se trata de la mayor racha ganadora en las Grandes Ligas, la de 26 triunfos consecutivos que tuvieron los Gigantes de Nueva York en el año de 1916, pero que incluye un empate, lo que le pone un asterisco.
No todos están al tanto de es peculiaridad. Y los Indios, que han hilvanado 20 triunfos seguidos, se están aproximando a la marca, lo que ha generado preguntas sobre por qué se considera que ésta pertenece a un equipo que consiguió 12 victorias en fila y firmó un empate antes de ganar otros 14 partidos seguidos.
La explicación es simple y complicada, como todo en el béisbol, deporte en el que no es aceptable el empate, aunque si fue registrado el de los Gigantes porque fue imposible el que se concluyese y luego se tuvo que repetir el partido.
Aquellos Gigantes, guiados por el irascible piloto John McGraw, se encontraban a la mitad de una estadía de 31 juegos en el parque Polo Grounds cuando ganaron 12 duelos consecutivos antes del 18 de septiembre. Ese día enfrentaron a los Piratas de Pittsburgh.
Honus Wagner, de 42 años, conectó un elevado de sacrificio que representó la única carrera de los Piratas. El encuentro se suspendió por la lluvia tras nueve entradas, con la pizarra igualada 1-1.
Los Gigantes jugaron al día siguiente su tercera doble cartelera en cuatro días. Terminaron barriendo a los Piratas y no volvieron a perder hasta el 30 de septiembre, cuando los Bravos de Boston les ganaron por 8-3.
Sólo tres equipos han logrado al menos 20 triunfos consecutivos: los Gigantes de 1916 (26), los Cachorros de Chicago de 1935 (21) y los Atléticos de Oakland de 2002 (20).
Los Indios, que se acercan a otro cetro en la División Central de la Liga Americana, ya forman parte del club de los 20 triunfos consecutivos gracias a la gran labor que realizó en el montículo el abridor Corey Kluber.
Ahora, a los Indios le restarán cinco juegos seguidos en casa para acercarse al récord, que está marcado con un asterisco.
Tal vez por la confusión sobre el empate, la seguidilla de 26 victorias de Nueva York ha estado ausente de las listas de marcas en algunas referencias de estadísticas.
La omisión puede obedecer a que algunas bases de datos sólo reconocen triunfos y derrotas. Al hacer los cálculos de aquella campaña de los Gigantes, la racha se interrumpe.
Pero los fanáticos más ortodoxos siguen considerando que ésa es la marca a superar por parte de los Indios, que están más mentalizados que nunca de luchar al máximo por conseguirlo, aunque la mayoría de los jugadores sigan insistiendo que no piensan en el reto que tienen ante si.
Mientras que el piloto de los Indios, Terry Francona también repite que todos dentro del equipo tienen como meta ganar el máximo de partidos, pero de cara a asegurar el título de la División Central y llegar a los playoffs con la mejor marca para poder revalidar el título de campeones de la Liga Americana y volver a estar en la lucha por el título de la Serie Mundial. Corona que se les escapó en las últimas pelotas del séptimo partido del “Clásico de Otoño” que al final ganaron por 4-3 los Cachorros.
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