La perseverancia es una cualidad que recompensa el trabajo y puede llevar a muchos a explotar el talento y los conocimientos, como en el caso del mexicano Juan Pablo Padilla Martínez, científico que actualmente realiza un posdoctorado en la Escuela de Medicina de Harvard.
De acuerdo al físico especializado en óptica aplicada en biomedicina del Wellman Center for Photomedicine, comenzó desde muy pequeño a vender tamales junto a su madre y hermanos para poder tener un ingreso económico tras la muerte de su padre.
Juan Pablo Padilla Martínez nació en Huamantla, Tlaxcala, y es el menor de seis hijos, de la pareja conformada por José Padilla Sánchez, oriundo de Oaxaca y por Estela Martínez Arroyo, de Puebla.
Cuando el padre de Padilla Martínez murió, este tenía poco más de un año, por lo que su padre y sus hermanos se mudaron a Puebla donde comenzaron a vender tamales hasta que Padilla comenzó el primer año de Física en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, y la cual costeaba con la venta de estos antojitos mexicanos.
“Tenía claro que yo no quería vender tamales toda mi vida, era muy pesado levantarse muy temprano y sentir el agua fría, pero sobre todo era monótono y aburrido, yo no quería hacer eso siempre”, explica el estudiante de Harvard.
Sin embargo la física no fue la primera opción de Padilla Martínez, sino medicina, por lo que aplicó a la universidad poblana ya que en Huamantla no había niveles de licenciatura. Y tras no calcular bien el trayecto a la BUAP, llegó tarde al examen y no pudo contestar todas las preguntas.
Pero a pesar de ello obtuvo buenos resultados que le permitieron aplicar a otra licenciatura, física, la cual solo consideraba cursar por un año para después cambiarse a medicina, lo cual pronto descartó cuando se dio cuenta que la física era una ciencia fascinante.
“No eran clases aburridas, me hacían cuestionarme cosas que siempre están en la vida cotidiana y que uno nunca se pone a pensar, por ejemplo, ¿por qué el cielo es azul?, entre otras”, manifiesta el científico, quien aseguró que el gusto por la óptica surgió cuando supo que en física se desarrollaba el uso de láseres “como de Star Wars”, explica.
A pesar de ello su inquietud por la medicina no terminó, por lo que tras la meastría y el doctorado en el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), enfocó su carrera en la investigación de biomédica para tratar problemas oculares y de otros tejidos.
Por lo que ahora realiza el posdoctorado en el Wellman Center for Photomedicine, del Hospital General de Massachusetts, sede de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos.
Ahí se encuentra en los proyectos de desarrollo de dos equipos ópticos para el monitoreo de cicatrización de las heridas y para la observación de proceso del degaste de los cartílagos.
Además, Padilla Martínez se preocupa por la difusión de la ciencia entre niños y jóvenes, sobre todo aquellos de escasos recursos, para que como él logren una carrera ciencias y tecnología, gracias a la perseverancia.
“Los niños u jóvenes son el capital activo más grande que puede tener un país. Hoy en día si no se les anima a estudiar carreras relacionadas con la ciencia y la tecnología, muy difícilmente nuestro país va a poder avanzar”, asegura el físico.
El científico afirma que los estudiantes mexicanos pueden tener el nivel educativo de cualquier aspirante universitario del mundo, solo hay que saber encaminar el talento mexicano.
Información de: lopezdoriga.com
Imagen de: Conacyt