El ISSSTE aplica de manera permanente una campaña de identificación temprana de la hepatitis, un padecimiento que puede ser silencioso por años y en la fase avanzada conduce a cirrosis, falla hepática, cáncer hepático e incluso la muerte.
El organismo informó que al año atiende a 400 pacientes con hepatitis C y 200 con la variante B, aunque estima que aproximadamente mil 500 de sus derechohabientes están infectados por esa patología.
En el marco del Día Mundial contra la Hepatitis, el instituto subrayó que entre las acciones preventivas para contraer el padecimiento destacan el uso de sangre segura y de material desechable, en especial el relacionado con eventos punzocortantes o quirúrgicos.
Refirió que en las clínicas de primer nivel de atención se capta a los derechohabientes que pudieran ser seropositivos asintomáticos, “ya que este padecimiento puede ser silencioso por varios años”.
Además se aplican dosis contra la Hepatitis “A” en niños, hijos de los trabajadores del instituto y que acuden a las Estancias de Bienestar y Desarrollo Infantil (EBDI’s), y contra la Hepatitis “B” en menores de un año, según el esquema básico de vacunación, así como en adultos hasta los 39 años de edad.
De acuerdo con sus registros médicos destacó que esa enfermedad se registra principalmente en mujeres de entre 40 y 60 años.
Detalló que la tipo A afecta a menores de entre 10 y 15 años de edad, mientras que la B a los adultos jóvenes.
La hepatitis es la inflamación del hígado causada comúnmente por virus clasificados en A, B, C, D y E, causantes de infecciones agudas y crónicas.
En la infección de carácter aguda pueden presentarse síntomas como la ictericia, es decir, coloración amarillenta en la piel y los ojos, orina oscura, fatiga extrema, náuseas, vómito y dolor abdominal.
En tanto el contagio crónico puede conducir a cirrosis, falla hepática o cáncer hepático e incluso provocar la muerte y “se estima que 57 por ciento de los casos de cirrosis y 78 por ciento de cáncer primario son debidos a infecciones por virus B o C”.
La cirrosis es progresiva y puede durar desde su inicio hasta la fase terminal de entre cinco y 20 años, lo que depende del estado general de salud del paciente, su edad y la patología, además de las múltiples complicaciones como las várices esofágicas y su ruptura, que podrían causar la muerte.
Esas complicaciones graves se dan en un 30 y 80 por ciento, mientras que el hepatocarcinoma, es decir el cáncer que constituye tumores hepáticos malignos primarios, se registra en dos a cuatro por ciento de los cirróticos.
Ante ello el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) recomendó a la población y afiliados aplicarse las vacunas contra la hepatitis en sus tipos A y B.
También seguir normas de higiene básicas, prácticar sexo seguro, evitar el contacto con sangre, agua y alimentos que pudieran estar contaminados y utilizar en la medida de lo posible material punzocortante desechable.
Además sugirió que aquellas personas a las que se les haya aplicado alguna transfusión sanguínea antes de 1989, que tengan tatuajes o perforaciones en cualquier parte del cuerpo o con un historial de numerosas parejas sexuales acudan a su Clínica de Medicina Familiar para valorar la presencia o no de la infección.
