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Miércoles, 30 Septiembre 2015 10:57

Ingeniero mexicano triunfa en la construcción de sistemas espaciales NASA

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El doctor Alvar Sáenz-Otero es uno de los más importantes científicos del Massachusetts Institute of Technology (MIT). Es el director del Laboratorio de Sistemas Espaciales de la muy renombrada universidad estadounidense, y está directamente relacionado con los trabajos que hace la Estación Espacial Internacional (EEI) y la Agencia Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés).

La investigación del ingeniero mexicano en el MIT, centrada en el desarrollo de sistemas espaciales, lo ha llevado a en involucrarse en la creación de dispositivos tecnológicos que operan en la EEI.

Sáenz-Otero ingresó al MIT para cursar estudios de ingeniero aeronáutico y continuó su carrera exitosa completando también ahí estudios de maestría y doctorado.

 

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Desde los estudios a nivel licenciatura, su investigación ha estado dirigida al diseño e implementación de un dispositivo especial denominado Synchronized Position Hold Engage and Reorient Experimental Satellite (que titula Spheres), que son pequeños satélites con ambiciosos propósitos. Actualmente, Alvar Sáenz-Otero es líder científico del proyecto de estos pequeños satélites.

El investigador mexicano es director del Laboratorio de Sistemas Espaciales (SSL, por sus siglas en inglés) del Departamento de Aeronáutica y Astronáutica del MIT, cercana a la investigación que se realiza en la NASA, además de colaborar con universidades mexicanas.

Durante el segundo año de licenciatura, Sáenz-Otero fue invitado como ayudante de investigación por un profesor para adentrarse en el nuevo proyecto del SSL, los SPHERES, mismo en el que continuaría como investigador hasta el día de hoy.

Los SPHERES son pequeños satélites de forma casi esférica de aproximadamente 20 centímetros de diámetro, cuyo propósito fundamental es que sean utilizados como constelaciones de pequeños satélites en reemplazo del uso de enormes y numerosos satélites trabajando por separado. En la actualidad existen tres de estos instrumentos tecnológicos a bordo de la Estación Espacial Internacional.

El costo de cada dispositivo SPHERES es de 200 mil dólares, un precio bajo en comparación con los millones de dólares que se invierten en los satélites comunes. Además, se consideran satélites de bajo riesgo pues en caso de presentarse fallas en los experimentos que realizan, no se corre el riesgo de ocasionar accidentes o daños a los astronautas, a la EEI o a ellos mismos.

“En el futuro se busca que los satélites trabajen juntos, por ejemplo en un telescopio espacial, en él existen maneras técnicas en que puedes combinar la imagen capturada por diferentes satélites, y si la combinas bien a razón de alinear a nanómetros los telescopios, es como si tuvieras un espejo gigante en lugar de muchos pequeños, a esto se le llama interferometría. Otra idea de esto es el ensamblaje de satélites en el espacio; por ejemplo, qué tal si en lugar de lanzar uno muy grande, lanzan muchos para que se ensamblen solos, esto podría funcionar por limitaciones de dinero o de espacio en los lanzadores”, platicó el ingeniero.

Al contar con la experiencia, conocimiento de las ciencias espaciales y estar envuelto en un ambiente internacional en una de las mejores universidades del mundo, Sáenz-Otero afirma que la creación de la Agencia Espacial Mexicana significa la posibilidad de cambios y mejoras para nuestro país.

“Fue una creación interesante, espero que les den fondos suficientes para crear proyectos de innovación y tecnología. La industria aeronáutica es muy importante en México, ahora no tanto la aeroespacial. Pero creo que ahí hay dos posibilidades que desarrollar, una sería construir satélites comerciales y otra opción es crear nanosatélites, aunque es una industria que tiene mucha competitividad”, explicó.

Para el especialista hay diversas complicaciones que representan las inversiones de empresas privadas mexicanas en esta industria de millones de dólares y grandes competidores, aunque no elimina la posibilidad de que mexicanos logren sobresalir en esta.

“Que universidades mexicanas y empresas pequeñas creen sus propios cubesats es mas común cada día. Existe la posibilidad de que en esta década, universidades mexicanas creen sus propios nanosatélites. Una universidad no puede solo pensar en México, tampoco Conacyt; se debe de pensar que México tiene que contribuir al mundo con una constelación de satélites ambientales que vean la contaminación en todo el mundo, estos proyectos deben de tener impacto mundial”, concluyó.

 

 

 

Con información de Agencia Informativa Conacyt
Imagen de: Youtube

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